Capítulo Veintisiete

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Hace un tiempo, Izuku empezó a temer cada vez que pensaba en las relaciones sexuales, luego de lo sucedido le había causado una inseguridad que pasaba a temor. Se sentía asqueado por su propio cuerpo, cada vez que se miraba por el espejo, veía esas asquerosas manos pasar por cada zona, pero eso fue la primera semana, pues gracias a Katsuki pudo vencer un poco ese miedo. Aún que quedaran cicatrices él quería ser valiente, poder atreverse y vencer ese jodido miedo que lo tenía atormentando todo los días.

Y hoy era ese día.

La verdad hace unos días atrás ya quería dar ese paso con el cenizo, pero temía que éste le rechazara por asco, después de todo muchas manos habían tocado su cuerpo. Luego Katsuki se había atrevido pero de otra manera, eso hizo que Izuku perdiera de apoco esa vergüenza y culpa que tenía. A medida de los días, la tensión que se tenían entre los dos era más grande, hasta que llegó ese día donde le había hecho sexo oral. No sabía de donde había tenido las agallas de poder hacerlo, pero igualmente gracias a ello, ya sabía que con el cenizo no tenía que temer.

Ahora mismo, sonidos de chasquidos húmeros sonaban en la habitación, el cenizo se encontraba sin camiseta, sus manos viajaban dentro de la camiseta del mas bajo y acarició inmediatamente el pezón de éste. La boca de Izuku había salido un tan sonido en ese momento, que para los oídos del contrario era realmente música para sus oídos. Sus bocas se movían con rapidez, con desesperación y con deseo. Sus cuerpos habían esperado tanto tiempo que no sabían como actuar, pues se apegaban rozándose entre sí.

De un tirón la camiseta del pecoso fue sacada, dejando ver su tan blanco, limpio y plano abdomen. Los dos en ese momento se habían separado, los ojos del cenizo se dirigieron hacía su pareja y vaya... Para él, aquella vista era lo mejor que le había pasado, no era comparado con las otras parejas que tuvo en su momento. Se sentía tan embobado, pues al ver al pecoso con las mejillas sonrojadas, respiración agitada y que decir de su preciosos cuerpo, supo que era su perdición.

Quizás el significado a Deku lo cambiaría por tierno, delicado, valiente y algo realmente hermoso. Bueno y claro, alguien torpe, pero para él esa parte era la que más le encantaba. Era la razón por la que había caído tan rápido por él. Quería demostrarle en estos momentos lo precioso que era, pues se había dado cuenta de una cosa, el pecoso se encontraba algo nervioso, y como no, pues estaban a punto de avanzar al siguiente paso.

—Deku... Si seguimos no podré detenerme después, ¿Estás seguro? —Decía en tono calmado, se metió entre medio de las piernas de éste y las abrió para dirigir sus manos al botón del pantalón.

—S-si... —Decía un poco agitado el pecoso y le lanzó una sonrisa tímida. —Si es contigo, sé que estaré seguro... Kacchan.

—Agh... Maldita sea. —El cenizo no podía más de lo tierno que era su novio, por alguna razón le ponía más que fuera así, y sin más desabrochó el pantalón para luego sacarlo de un tirón. —Eres jodidamente precioso Deku que mierda. —Vio el cuerpo semi desnudo de bajo de él quedándose embobado, y a la vez orgulloso de saber que eso era sólo de él.

—No mientas K-kacch... ¡Ah!~ —Gimió el pecoso al sentir como el cenizo pasaba su mano por encima de la tela de su boxer.

—Que sensible eres, y eso que sólo pasé mi mano por encima. —Sonrió de lado y lo miró coquetamente. —¿Que pasará si hago esto? —Adentró su mano dentro de la ropa interior y apretó el glande de éste.

—¡N-no! ¡Kacchan! —Gimió nuevamente, pero el nombre del nombrado.

Por alguna razón, el cenizo al oír eso sintió un cosquilleo inmediatamente en su parte baja, sabía que con el pecoso perdía su cordura, pero no sabía que incluso con sólo unos pequeños gemidos, se volvía malditamente vulnerable. En ese momento sonrió de lado, sacando su mano y se bajó de la cama para sacarse el pantalón. Izuku al sentir que se alejaba, se hincó en su puesto para observarlo, pues no quería perder de vista al cenizo.

UNITED BY DANCE || Katsudeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora