Capítulo Veinticuatro

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—¡Claro Tío, nos vemos el sábado! Yo igual lo extraño...

Cuidate joven Midoriya, te espero aquí, si quieres puedes invitar a alguien si deseas, bueno... ¡Nos vemos! —Y sin más, cortó la llamada.

Izuku se encontraba camino hacía su habitación cansado, era de noche, hoy había tenido el examen de enfermería y la verdad había sido uno de los exámenes primeros más duros que había tenido. Mañana era su otro examen, así que tenía que descansar muy bien hoy para poder tener las mejores energía para su presentación de mañana. Lamentablemente hoy no tuvo tiempo de ver a nadie, ni al cenizo, pues se dedicó a estudiar y finalmente hacer el examen. También sus clases hoy no coordinaban, así que tampoco podía verlo ahí.

Al llegar a su puerta, la abrió inmediatamente para luego entrar. Se dirigió a su baño, se dio una ducha y finalmente se colocó una camiseta con un short corto para dormir. Cuándo se iba acostarse en su cama, escuchó unos golpes en su puerta, cansado miró hacía esa dirección y fue abrir un tanto confundido. Preguntándose quién podría ser, ¿Quién tocaba la puerta tan tarde?

—¿Kacchan? —Preguntó sorprendido al ya abrir la puerta, mientras veía un cenizo con expresión sería. —¿A qué vienes tan tarde?

—¿A caso no puedo verte? —Lo miró enojado.

—¡Nunca dije que no! Ven, pasa... —Se hizo aún lado y finalmente entró el cenizo.

Katsuki se sentó en la cama para luego dirigir la mirada hacía el peliverde, se dio cuenta que éste se encontraba cansado y con ojeras. Ahí inmediatamente supo que había trasnochado, eso lo dejó con un sentimiento de preocupación.

—¿Te quedaste hasta tarde no?

—A-algo así. —Lo miró nervioso mientras se sentaba a su lado. —Hoy quería verte... —Habló con timidez.

—Deku... Entre nosotros, no habrá mentiras, ¿No? —Lo miró serio.

—¿Por qué dices eso? Claro que no. —En ese momento, Izuku recordó el beso que le había dado Todoroki, que había ido al cuarto de Shinso y que se había saltado una clase para hablar con Nejire, ahora con tantas mentiras, le daba miedo perder al cenizo.

—Yo nunca te he mentido, ¿Sabes? De verdad te... Te quiero. —En ese momento Izuku se sonrojó al escuchar esas palabras que seguramente nunca pensaría escuchar de él. Katsuki desvió la mirada avergonzado, pero sintió como era rodeado por unos delgados brazos.

—¡Yo también te quiero, Kacchan! —Cuando el cenizo vio el rostro de Izuku, notó que estaba llorando, y lo miró confundido.

—¡Por qué lloras nerd!

—P-perdón... Me emocioné. —Le sonrió tiernamente.

—No llores, maldito sensible. —Habló bajo con voz rasposa, dirigió sus manos al rostro de éste y secó las lágrimas con sus dedos.

Se encontraba feliz, pero a la vez una pequeña duda lo tenía raro. Sabía que Izuku le ocultaba cosas, y incluso pensó que ahora se las diría, pero al final se dio cuenta que no. Se sentía frustrado, quería demostrarle que sus mentiras lo estaban dañando, pues no poder demostrar sus emociones hacía que se lo comieran vivo por dentro. Quizás sabía la forma de saber si el peliverde de verdad lo quería, por que hasta mentir en eso, era muy fácil.

—Vistete. —Decía el cenizo, viendo Izuku lo miraba confundido. —Saldremos un rato.

—¿Okey? —Decía dudoso y se levantó para cambiarse.

Los dos chicos salieron del cuarto, el cenizo sin preocuparle que a esa hora era el toque de queda en las residencias, sabía un lugar donde no podía encontrarlos. Izuku lo perseguía confundido, no sabía donde lo llevaba, pues simplemente le dijo que se vistiera y que iban a salir. Pero notó como éste lo llevaba a unos edificios abandonados que estaban a sólo una cuadra de la UA.

UNITED BY DANCE || Katsudeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora