UNITED BY DANCE || Katsudeku

Capítulo Veinticinco

Los alumnos del curso 1A entraban cada vez más, por suerte el profesor aun no llegaba, por lo cuál llegar tarde eran sus menos preocupaciones. Como se esperaba el grupo donde estaba Katsuki con sus amigos llegaron inmediatamente entre risas y bromas. Pero éste simplemente estaba en silencio, con su típica aura indiferente y ceño fruncido, algo normal para todos. Cuando entraron al aula, la mirada del cenizo buscaba un cabello verde entre sus compañeros, pero lamentablemente aún no llegaba.

No había hablado con él, sus emociones eran tan hechos un lío que temía por gritarle al pecoso, temía cagarla y perderlo por su actitud tan explosiva. Ahora sabía que con más razón necesitaban hablar, pues hoy era su examen que compartiría con el peliverde, bailarían, tenían que hacer demostrar que eran buenas parejas de baile.

¿Podrían ser lo en la Danza? No lo sabía, todos veían el lado profesional, pero lamentablemente él sentía cosas por el pecoso, cosa que era su gran desventaja. De un momento a otro su relación se había ido por la borda, desde que notó como Izuku no paraba de mentirle, comenzó a sentirse inseguro hasta en sí mismo, ¿Cómo era posible? Él era conocido como la persona más segura y egocéntrica del salón, o al menos eso dejaba ver, pero en realidad era todo lo contrario. Su idea de pedirle que sea su novio al pecoso lo había descartado, pues aún que sintiera cosas, no era el caso obligar a alguien quién prefería estar con otras personas en vez de estar con él.

Quizás se había rendido, ¿Tan rápido? Ya no sabía que hacer, pues lo único que sabía era gritar y pelear. Su mirada fue hacía la puerta al ver al peliverde entrar con sus amigos, pero esta vez era abrazado por los hombros del bicolor. Ahora sí se encontraba molesto, quizás se había rendido hace unos segundos, pero los miles celos que llegaron en sólo verlo con el bicolor hizo explotar su paciencia.

Tenía que dejar en claro todo en estos momentos antes de la presentación. El sentimiento que más odiaba eran los celos, eso nacían sus inseguridad y el temor a perderlo. Pero esta vez no, ya no quería más y si el peliverde le dice en estos momentos por qué había ido a la habitación del pelimorado y por qué se lo ocultaba, quizás sabría que hacer. Pero necesitaba saber la verdad, le importaba una mierda en estos momentos la clase, pues aprovecharía estos segundos que el profesor no llevaba.

Era su hora de saber la verdad, o al menos para otra verdad no estaba preparado.

Aprovechó la situación cuando el peliverde se dirigía sólo hacía los vestidores, caminó hacía esa dirección sin darse cuenta el sentimiento de nostalgia. Recordando que esa había sido la primera indirecta que se habían mandado por el baile, en ese momento si estaban bien y recién conociéndose.

¿En que momento todo se fue a la mierda?

Intentó olvidar esos pensamientos para poder entrar a los vestidores, encontrándose de espaldas a su pecoso colocándose su camiseta. Su mirada se fue hacia el cuerpo de éste, admirándolo cada vez que se acercaba más, pero a la vez sus celos en sólo pensar que quizás fueron recorridos por otra persona, lo enojaban. Al llegar, su mano se dirigió a la muñeca de éste, agarrándolo con fuerza y llevándolo al fondo de los vestidores para tener más privacidad.

—¿K-kacchan? —Decía un confundido y a la vez sorprendido peliverde.

—¡Ya me enteré de tu puta mentira! Mierda Deku... ¡¿Por qué me mentiste?! —Lo miró enojado, pero a la vez con dolor en sus ojos. —¡¿A caso no soy suficiente para ti?! ¡¿Esa es la razón por la que te dejas tocar por otros y no por mí?!

—¿D-dejarme tocar? De que hablas Kacchan, nadie me a tocado, excepto t-

—¡¿Excepto ese idiota?! —Le gritó enojado, viendo como el pecoso lo mirada con temor.