UNITED BY DANCE || Katsudeku

Capítulo Veintidós

El sol comenzó asomarse por la ventana de la habitación de Izuku, hoy era el día donde iría hablar con la chica llamada nejire, y quizás en preguntarle algunas cosas. También tenía que estudiar para el examen de mañana, tenía que ensayar con el cenizo para el examen de pasado mañana, y por último, seguir con su plan. Hoy le tocaba trabajo duro, pero no hay nada mejor que una rica ducha para poder comenzar bien el día.

Izuku se levantó de su cama, observando la hora de su rejos, era sólo las seis de la mañana, lo que fue directo al baño para darse una ducha. Su primera clase Ingles de hoy comenzaban a las 8, por lo cuál tenía tiempo de desayunar algo tranquilo, los otros días con suerte tenía una comida al día, sin querer se había descuidado en su alimentación. Pero no le importaba, después de todo no le pasaría nada malo.

Al terminar de ducharse, salió con una toalla amarrado a su cadera, sus oídos en ese momento escucharon unos toques en su puerta, inmediatamente miró curioso hacía esa dirección caminando hacia ella.

—¿Sí? —Preguntó curioso para terminar de abrir la cuenta. —¿Shinso?

—Izuku. —Le sonrió pero miró el torso de éste. —Que lindo recibiendo. —Le decía de broma haciendo reír al peliverde.

—Eres un tonto... ¿A que vienes tan temprano? —Cruzó los brazos sonriendole amablemente y apoyó su hombro en la puerta.

—¡Tengo testigos! Sólo un chico y una chica, pero al menos tenemos más gente con pruebas. —Sonrió mostrándole unas fotos. —Les conté nuestro plan, y aceptaron inmediatamente.

—¿Enserio? Que bien... Estaba pensando con sólo seis personas estarían bien. —Hizo un puño con su mano sonriendo victorioso. —Así tendríamos los testigos asegurados y mejor pruebas.

—Me parece bien, ¿Te parece venir a mi cuarto hoy después del almuerzo? Estarán ahí. —Le sonrió entregándole un papel donde salía en su residencia y el número del cuarto.

En ese momento la puerta de al frente se abrió, asomándose el cenizo quién tenía audífonos en sus oídos y mirada desinteresada. Los dos chicos inmediatamente miraron hacía esa dirección, el cenizo recién se había percatado de ellos, y al mirarlos miró molesto como confundido.

—Bien Izuku, te veo luego. —Le sonrió con una sonrisa cómplice.

—Claro. —Sonrió un poco nervioso, pues el cenizo aún estaba parado alfrente mirándolo como si estuviera molesto, y al irse el pelimorado miró a Katsuki. —Buenos días Kacchan. —Sonrió tiernamente.

—¿Por qué hablabas con ese bastardo? Pensé que no se hablaban. —Miró molesto, para luego bajar su mirada hacía el cuerpo pequeño y curvilíneo del más bajo, su mirada cambió a una de sorpresa y más enojado. —¡Y por qué te dejas ver así!

—Hablábamos de un trabajo, no te preocupes Kacchan. —Sonrió tiernamente y se sonrojó al ver como éste se acercaba. Me iré a vestir Kacchan, nos vem-

—Yo igual voy. —Sonrió de lado y apartándolo para entrar sin permiso a la habitación.

Izuku no dijo nada, pues no era la primera vez que el cenizo entraba sin su permiso. Caminó hacía el escritorio dejando disimuladamente el papel que le había dado Shinso debajo de su celular por si se caía. Fue a su closet para sacar una camiseta, unos pantalones y su ropa interior. El cenizo lo observaba de atrás, sintiéndose orgulloso de lo que se había encontrado, pues el peliverde era muy lindo, sea físicamente como de otra manera. El más bajo se dirigió hacía el baño tomando su ropa para poder vestirse finalmente. Al salir, notó como éste lo miraba coquetamente, y sabía perfectamente que si se llegase acercar al cenizo, va a intentar algo.