10. la segunda prueba

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Los siguientes días los paso metida en la habitación de Grayson ayudándole con su fobia a la psicometría. Sí, lo hemos llamado así en una de nuestras discusiones sobre cómo debe abrir más sus orejas y dejar de pensar que jamás aprenderá a hacer los problemas. Hoy es viernes y de nuevo nos encontramos en terapia de grupo. Como es habitual Grayson llega media hora tarde y entra por la puerta trasera del edificio. Mi mirada se fija en él hasta que siendo como la señora Andrew pellizca mi costado para que vuelva mi atención al grupo. Sonrojada me escondo bajo mi cabello rubio y hago como que apunto algo interesante que acaba de decir uno de los participantes. Agradezco que la señora Andrew me haya dejado la grabadora hasta que acabe el trabajo porque grabar en mi móvil todas las sesiones estaba resultando ser algo bastante incómodo. Al igual que la relación entre Grayson y yo. Estas últimas semanas su nombre no ha dejado mi mente en ningún momento y tenerlo que ver diariamente lo hace todavía más difícil de evitar.

Me móvil suena con el tono de un mensaje y pido perdón antes de ponerlo en silencio y ver quien me ha hablado.

Grayson: sigue en pie lo de esta noche?

Yo: si, por qué?

Grayson: solo quería asegurarme 🙂

Yo: ok

Grayson: ok? te he mandado un emoji quería algo así de vuelta

Yo: como no dejes de mensajearme el único que va a estar de vuelta el año que viene vas a ser tú en clase de psicometría

Esta última semana hemos estado mensajeándonos más de lo que deberíamos y lo peor es que me siento cómoda con ello. Cuando la señora Andrew me dijo que debía comenzar a trabajar con Grayson mis instintos de asesina salieron a flote pero ahora una parte de mi quiere agradecer a Margaret por su ocurrencia y aunque parezca que ha pasado mucho tiempo desde aquello tan solo ha pasado un mes.

Guardo en móvil en la chaqueta mientras miro disimuladamente a Grayson. Está sonriendo, me mira y bajo la mirada de nuevo hacia el cuaderno. Margaret da la sesión por finalizada y Grayson se acerca a nosotras cuando la cancha está vacía. Como los viernes anteriores Margaret nos pregunta por nuestro avance y como los anteriores viernes ambos mentimos sobre el.

-Estamos en ello-dice Grayson. Pero ni siquiera hemos hablado del tema.

Margaret se marcha de forma majestuosa como siempre suele hacer y Grayson y yo la seguimos de manera lejana por los pasillos del instituto dispuestos a salir de allí para ir juntos a su casa. El examen de psicometría es el próximo viernes por lo que todavía nos queda casi una semana para salvar el cuatrimestre de Grayson. Durante todo el trayecto el silencio brinda entre nosotros y la incomodidad aparece también llenando el ambiente. Cuando llegamos a casa de Grayson, Rhett está en la cocina preparando una merienda con la que podría alimentar a medio Londres.

-¿Sabía que teníamos visita?-le pregunta Grayson.

-Noora pasa más tiempo aquí que Ezra y yo así que deduje que hoy vendría también-dice.

-Si os resulta molesto podemos irnos a mi residencia-le digo a Rhett.

-No, mujer. No lo decía con esa intención. Me alegra de que haya visita femenina en casa de manera continua y no solo para hacer el paseo de la vergüenza-muerde el sándwich de mantequilla de cacahuete que estaba preparando cuando hemos llegado.

-¿El paseo de la vergüenza?-pregunto.

El móvil de Grayson suena y se retira a su habitación para contestar la llamada. Mientras tanto Rhett me ofrece uno de los sándwich con un batido proteico y aunque no soy muy fan de la mantequilla de cacahuete acepto porque no como desde el desayuno que hice a media mañana y mi cuerpo no está acostumbrado a ello.

Déjame leerte en braille [Libro #1 Saga Destinos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora