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GRAYSON

Noora duerme a mi lado con su cabeza apoyada en mi brazo. Siento la necesidad de apartarla de ahí pero la veo dormir tan en paz que no me arriesgo a mover ni un centímetro de mi cuerpo. Ayer se presentó por sorpresa en casa y tengo que aclarar que fue gracias a Rhett. Después de lo ocurrido llevaba varios días en la cama esperando a que el señor Harrison me llamara para comunicarme la decisión que habían tomado sobre mi expulsión. Podría decir que me arrepiento de lo que hice pero no fue así, una parte de mi siente que no golpeé lo suficiente a ese despreciable ser. No sé como lo tuve tan cerca y no pude darme cuenta de la clase de persona que era. Nunca he esperado nada bueno de Romeo pero el que abuse de chicas no estaba entre mi lista.

Noora se mueve a mi lado y aleja su cuerpo hasta acabar acurrucada al otro lado de la cama. Aprovecho el momento para levantarme a por algo de comer. Mis tripas llevan sonando desde que abrí mis ojos pero no quise despertar a Noora con ninguno de mis movimientos.

Rhett está en la cocina preparando el desayuno antes de ir a clase. Hace días que anda cabizbajo y aunque no hago más que preguntarle que le ocurre se justificando con excusas baratas. Rhett es mi mejor amigo y siempre está ahí para mi me siento culpable de no poder ayudarle con lo que sea que esté pasando.

—Pensaba que hoy tampoco te levantarías de la cama—dice Rhett cuando entro a la cocina.

—Yo tampoco lo esperaba pero me muero de hambre. Por cierto, gracias por lo de Noora. Me lo contó todo.

Después de cenar Noora y yo nos refugiamos en mi habitación para ponernos al día de lo ocurrido esta última semana y aunque obviamos como nos sentíamos ambos en cada momento sé que ella sabe tan bien como yo que estábamos hechos una mierda. En el momento que me contó sobre lo que hizo Rhett sentí la necesidad de correr hacía su habitación y darle las gracias una y otra vez. Noora y yo somos igual de testarudos y sin la ayuda de Rhett este distanciamiento absurdo hubiese durado más de lo normal.

—Hoy el señor Harrison anunciará la decisión del comité—dice Rhett—Me tienes aquí para lo que sea. 

—¿Incluye partirle las piernas a Romeo?

—Por un amigo haría lo que sea.

Ezra entra a la cocina y me felicita por levantar mi culo llorón de la cama por más de cinco minutos y por comer algo más que no sea palomitas al microondas. Sí, yo también caí en esa salada tentación. La echaba tanto de menos que comencé a comer palomitas a todas horas para tener la sensación de que estaba cerca.

Ezra y Rhett se van a la universidad mientras yo preparo el desayuno para Noora. Sus clases empiezan en dos horas así que la puedo dejar dormir algo más antes de irnos. Yo llevo faltando una semana a clase así que no notarán que faltaré un día más.

—Buenos días—Noora entra a la cocina—¿Estás haciendo el desayuno?

—Estoy haciendo tu desayuno. Yo ya he desayunado.

—¿Nos crees que cuatro tostadas con huevo revuelto y beicon, té y zumo de naranja es demasiadas para mi?

—Comeré lo que te sobre.

—Me sobran tres tostadas y media. De solo verlas me estoy fatigando.

Noora se sienta en uno de los taburetes altos de la mesa de la cocina y coge una de las tostadas. Miro con atención cada uno de sus movimientos. Como da un pequeño bocado a la tostada, mastica lentamente, traga y bebé un pequeño sorbo de té antes de volver a morder de nuevo la tostada.

—¿Te ocurre algo?—pregunta—Llevas un rato mirándome raro.

—Solo te analizo.

—Espero que se te de mejor que hace un par de meses.

Déjame leerte en braille [Libro #1 Saga Destinos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora