3. Grayson

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GRAYSON

¿Pero qué demonios hago aquí?

Maldigo el día en que elegí a la señora Andrew como tutora para realizar mi trabajo de fin de estudios. Si pudiese volver hacia atrás en el tiempo golpearía mis bolas sin pensarlo antes de enviar aquel papel a secretaría porque eso está siendo la señora Andrew un dolor de bolas.

—No quise aceptarlo como alumno— dijo mirándome desafiante—Sus notas son lamentables no sé cómo el entrenador le permite seguir jugando. Para ser el capitán del equipo debería ser un ejemplo a seguir y con estas notas-miró la pantalla del ordenador y volvió su vista hacia a mí—Espero que sea mejor jugando a fútbol que estudiando. Para ser sincera no quería ayudarlo a desarrollar su trabajo final pero me quedó una plaza libre y para su suerte nadie más la solicitó.

¿Qué define esa señora como suerte? Porque lo que está haciendo conmigo es una tortura. Salgo del entreno de fútbol y corro hacia el instituto donde se celebra el maldito grupo de apoyo donde la señora Andrew me obliga a ir todos los viernes desde hace un par de semanas. Siempre suelo llegar algo tarde ya que los entrenos se suelen alargar algo más los viernes pero hoy no es que se alargarse algo más sino que el entrenador nos obligó a estar una hora más para compensar la primera desastrosa hora de entreno.

Mi primer día entré por la puerta trasera de la cancha para no interrumpir al grupo y desde lejos examiné a cada uno de los participantes. Ninguno de ellos me sorprendió en absoluto hasta que la vi a ella. Noora Dahl la chica inalcanzable de la universidad. En su primer año varios chicos de mi equipo le pidieron una cita y rechazó a todos menos a Romeo. Jamás entendí como accedió salir con él. Algo pasó entre ellos y Romeo la bautizó como la chica inalcanzable. Se pasó su primer año soltando mierdas sobre ella a cada momento que podía. A veces cuando Noora llegaba a la cafetería y estábamos nosotros allí. Romeo hacia callar a todo el equipo y los obligaba a mirar de manera desafiante a Noora hasta que la chica se sentía incómoda y tenía que marcharse del lugar. En ese momento Romeo era el capitán del equipo y consiguió que Noora dejase de ir a la cafetería por el resto del año y parte del siguiente. Pero cuando yo me convertí en el capitán elimine la estúpida norma de hacerle la vida imposible a Noora Dahl. Un hombre de verdad resuelve sus problemas él solo sin necesidad de poner contra a una chica todo un equipo de fútbol.

—Ay—alguien se queja cuando choco mi hombro contra el suyo.

—Lo siento—me disculpo y paro en seco.

—Podrías tener más cuidado.

Me giro para encarar a aquella chica mal educada y borde pero cuando la veo no me espero para nada a Noora Dahl siempre he pensado que la chica era muda porque cada vez que alguno de nosotros pasaba por su lado cerraba su boca rápidamente. Nunca llegué a escuchar su voz hasta el día de hoy. Noora y yo nos fundimos en una pequeña riña en la que intercede Margaret de manera poco agradable. Primero me ataca a mí y veo como Noora sonríe victoriosa pero ella no se libra tampoco de la furia de la señora Andrew y la amenaza con bajar su nota si no cumple con los plazos de entrega. En ese momento su cara palideció pero todavía lo hizo más cuando le comenté que seriamos compañeros de estudios.

—No puede ser—dice—Yo no trabajo en grupo.

Pero estoy lo suficientemente lejos de ella para hacer como que no la escucho y seguir mi camino hacia casa.

Vivo a unas cuadras de la universidad lo suficientemente lejos de las hermandades pero a la vez lo suficientemente cerca de ella para no tener que coger ningún medio de transporte para asistir. Nunca he sido fan de las hermandades y me negué a entrar a ninguna desde el momento cero aunque no voy a negar que sea una persona recurrente en cada una de sus fiestas. Lo mejor de asistir a las fiestas allí es no tener que recoger la basura después.
Cuando entro a casa ninguno de los chicos ha llegado todavía. Vivo con dos compañeros de equipo desde el segundo año de universidad. Rhett y Ezra entraron a la universidad el mismo año que yo y éramos los tres nuevos del equipo, supongo que eso nos hizo ser amigos. Nuestra amistad fue creciendo cada día más hasta que decidimos irnos a vivir juntos. Ellos vivían en una fraternidad y yo en un piso con otros dos chicos en su último año. Cuando mis antiguos compañeros dejaron las habitaciones libres les invité a vivir conmigo. Prácticamente ya lo estaban haciendo. Odiaban la fraternidad y solían pasar los días entre semana en mi piso a excepción de los fines de semana que la solíamos pasar de fiesta allí.

Cuando termino de darme una ducha Rhett y Ezra han llegado y están esperándome en el salón.

—¿Todavía estas así?—dice Rhett—Tardas más que una chica. Date prisa. Tenemos planes en la residencia Kappa.

—¿Dónde?

—Una amiga de Ezra nos invitó a pasar la noche en su habitación con un par de amigas y como buenos chicos tuvimos que acceder—sonríe.

Mi primer pensamiento es que no me apetece ir y menos después del encuentro con Margaret. Esa señora suele eliminar mis ganas de vivir de manera considerable. Pero pienso en las futuras semanas que me esperan junto a ella y ¡que le jodan a Margaret y a su puto trabajo! Voy emborracharme hasta que olvide cómo me llamo.

Una hora después estamos en la residencia Kappa. Esta residencia no suele ser las típicas residencia donde tiene que compartir baño y cocina sino que está dividida en plantas y en cada una de ellas hay varios pasillos que llevan a un pasillo todavía más largo lleno de habitaciones y una cocina para compartir. Este lugar parece un laberinto pero Ezra se encarga de llevarnos al lugar sin perdernos una sola vez. Ezra llama a la puerta y una chica rubia lo atrae hacia él y besa frenéticamente como si Rhett y yo no estuviésemos aquí. Miro a mí alrededor y solo veo largos pasillos a ambos lados pero una chica rubia llama mi atención. Es Noora Dahl mi futura compañera de estudios, aunque ella rabia por dentro de solo pensarlo, y va acompañada de otra chica a la cual no logro ver porque rápidamente entran en una de las habitación.
La rubia amiga de Ezra nos invita a pasar mientras en mi mente sigue la figura de Noora escabulléndose por el pasillo. Hay dos chicas más sentadas sobre el suelo de la habitación en semicírculo y nos invitan a sentarnos con ellas cerrando así el círculo. En el centro hay un par de botellas de alcohol y si no fuese porque sé que Rhett quiere algo con alguna de ellas no hubiese accedido a venir a este lugar. Durante la primera media hora jugamos a verdad o reto y pierdo mi sudadera y mi camiseta en las primeras dos rondas así que en las siguientes me digno a contestar verdad y decir lo que sea que quieren escuchar.

—¿Tenéis algo para comer? Estoy que me muero de hambre—digo con intención de interrumpir este estúpido juego.

—Siempre puedes comerme a mí—dice una de las chicas.

—Preferiría comer algo que me guste—sonrío con los labios apretados.

—La cocina está al final del pasillo—contesta su amiga.

Me levanto y salgo de la habitación mirando a ambos lados porque no sé a qué final del pasillo se refiere, ¿izquierda o derecha? Giro hacia el lugar donde vi entrar a la pequeña Dahl y abro la puerta encontrándome a Noora mirando con admiración lo que da vueltas dentro del microondas. Es la primera vez que veo su rostro completo siempre tiene el pelo suelto y se suele esconder tras él. Para ser una estudiante de psicología parece demasiado insegura.

—¿Qué miras tan expectante?—le pregunto y gira su cabeza hacia mí. Su mirada se fija en mis abdominales y rápidamente suben de nuevo hacia mis ojos. He dejado mi camiseta en la habitación y he salido con tan solo los pantalones. De nuevo nos enganchamos en una riña como esta tarde que se agranda todavía más cuando robo sus palomitas. Se comporta como una madre a la que acaban de secuestrar a su hijo pero me preocupo cuando se quema la mano con el humo de las palomitas por mi culpa pero Noora responde alejándome de ella y me pregunto si será igual con todos y por eso Romeo la nombro así. La provoco con un par de comentarios que la hacen sonrojar y a la vez volverse loca de furia y cuando veo que ya he tenido suficiente de reírme sobre ella salgo de la cocina para volver a la habitación a recoger mi ropa porque estoy decidido a largarme de este lugar.

Déjame leerte en braille [Libro #1 Saga Destinos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora