37 Adiós, Grayson

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GRAYSON

—Los pasajeros del vuelo VY9388Z con destino a Milán deberán embarcar por la puerta D4—anuncian en el altavoz del aeropuerto.

Mientras busco mi vuelo con destino a mi sueño pienso en todo lo que estoy dejando atrás y como ha cambiado mi vida en cuestión de meses. Yo tenía toda mi vida planificada. Terminaría mis estudios, me graduaría y jugaría durante los próximos años en la liga nacional después me tomaría un tiempo y volvería como entrenador. En esta ecuación nunca incluí el amor porque pensaba que no sería necesario para mi. Pero entonces apareció ella con sus sudaderas anchas y su pelo rubio siempre despeinado robando galletas como una niña pequeña chucherías en una tienda. Antes de comenzar la terapia nunca había sentido nada por ella excepto la expectación de saber que había ocurrido entre Noora y Romeo pero estaba demasiado ocupado entre las piernas de cualquier chica de la universidad para pararme a descubrir lo que ocurrió. Entonces Margaret me propuso ayudarla en terapia y aunque me pareció una locura era la mejor opción para poder conseguir mi sueño, y ese fue mi error. A partir de ahí todo quedo en segundo plano y solo la veía a ella. En mi campo de visión solo estaba Noora y no sentía la necesidad de entrenar horas y horas para conseguir lo que siempre había soñado. Luego pasó lo de Romeo y todo acabó en un jodido desastre del que gracias a ella puse seguir adelante y ahora que estoy aquí sin Noora no sé si por todo lo que hemos pasado ha merecido la pena. 

Después de ser destituido mis prioridades cambiaron y ya no sentía la presión que puse durante tanto tiempo sobre mi si no que recree un futuro nuevo donde ella estaba incluida. Incluso una noche hablamos de ello, ella me contaba que le gustaría trabajar en el hospital de Londres como interna residente hasta conseguir la plaza fija mientras yo acariciaba su cabello con su cabeza en mi pecho y yo me imaginaba viviendo juntos esperándola en casa con la mesa puesta para cenar. Me la imaginaba como la mejor psicóloga de la ciudad y creía que estaríamos juntos pasará lo que pasará pero no me imaginaba un futuro en el que ella no estuviese en mi vida. Mi propósito era dejarme llevar mientras ella estuviese conmigo. Las cosas entre nosotros comenzaron a enfriarse cuando el señor Harrison me habló de la oportunidad de viajar a Italia y aunque sentí miedo por nosotros también sabia que era lo justo, había luchado mucho tiempo por esto y aunque no sería en la ciudad que siempre había soñado me merecía esta oportunidad y soñaba con que ella dijese que si cuando le propuse venir conmigo. Debería haberme dado cuenta cuando me pidió que la llevase a casa, cuando estuvimos la siguiente semana casi sin hablarnos, cuando ella entró en mi coche y me miró de aquella manera como si estuviese guardando en su memoria cada uno de mis rasgos para no olvidarse de ellos en un futuro que ella no aceptaría mi propuesta. Cuando dijo aquello sobre que no me quería juraría haber escuchado mi corazón romperse en mil pedazos. Me sentí humillado y solo, no tenia nada que me atara a Londres así que decidí adelantar mi viaje. Solo lo sabían el señor Harrison, Rhett y Ezra y les hice prometer que no se lo dijeran a nadie. La siguiente semana la pase preparando el pasaporte, las maletas y los papeles para terminar la universidad en Italia. No podía seguir viendo a la causante de mi corazón roto por los pasillos de la universidad como si nada hubiese pasado nada entre nosotros. Le di mi corazón y Noora lo pisoteo, supongo que así se sienten las chicas cuando he jugado con ellas. Creo que me lo merezco porque el karma es real y mi destino estaría escrito. 

Miro a mi alrededor antes de ponerme en la cola para embarcar en mi vuelo esperando una señal para quedarme que estoy seguro de que no llegará. Apago mi móvil, lo guardo en la mochila y saco el billete de embarque. Antes de darle el billete de avión a la chica del mostrador miro de nuevo a mi alrededor esperando ver a una chica rubia corriendo hacia a mi y suplicándome que no me suba al avión como en las películas románticas que tanto le gusta ver a Noora pero no ocurre. Le doy las gracias a la chica y guardo de nuevo el billete en mi mochila.

Noora Dahl ha sido un placer dejar que rompieras mi corazón.

Italia, allá vamos.

NOORA

—¿No puedes ir un poco más rápido?—le digo a Sky.

Cuando descubrí que Grayson estaba apunto de tomar el avión para irse a Italia entre en pánico. No podía dejar que se marchara sin mi. Estaba dispuesta a ir con él fuese donde fuese aunque tuviese que dejar todo atrás. No me importaba mi sueño si él no estaba para compartirlo conmigo.

—No puedo saltarme los semáforos de la ciudad—grita Sky—No tengo un coche volador.

—¿Podrías darle al claxon para que se muevan? Ya está en verde—llevo las manos hasta el claxon y aprieto un par de veces provocando que los coches de atrás hagan lo mismo.

—Aparta tus manos de mi volante o podremos tener un accidente—dice Sky—Ava dile algo.

Ava está sentada en los asientos de atrás mirando la ruta más rápida para llegar al aeropuerto. Si en el momento en el que llegué hecha añicos a la residencia Sky y Ava no hubiesen estado allí y Sky no se hubiese ofrecido a llevarme al aeropuerto no sé que habría hecho.

—Todavía nos quedan veinte minutos—dice Ava— y el avión sale en ...

—Sale en quince minutos—digo—Sky tienes que acelerar ya.

—Esto es todo lo que mi pequeña cucaracha puede ofrecerte—dice Sky—Es un coche muy antiguo no puedo seguir forzando el motor o nos dejará tiradas en el camino.

El camino al aeropuerto se me hace largo y pesado como si en ese tiempo hubiesen pasado tres años de mi vida. Sky me deja en la puerta del aeropuerto mientras ella y Ava buscan aparcamiento y corro hacia dentro. Miro en las grandes pantallas el vuelo con destino a Milán y veo que está embarcando. Llamo por teléfono a Grayson por que si está embarcando yo no puedo pasar de los controles sin un billete de avión pero su móvil no da señal. Vuelvo a llamar reiteradas veces mientras miro la gran pantalla de vuelos esperando a que no cambie su estado actual. 

Mientras tanto oigo a los de seguridad gritar que está prohibido correr, a Sky gritar devuelta alguna que otra palabrota y la risa de Ava se escucha en todo el aeropuerto.

—¿Qué ha pasado?—pregunta Ava cuando llega a las pantallas de los vuelos—¿Lo has encontrado?

Pero la pantalla se muestra que el vuelo ya ha salido. 

—Adiós, Grayson—murmuro finalizando la llamada.

Déjame leerte en braille [Libro #1 Saga Destinos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora