39 finales felices

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—Hasta que respondes—desde el baño escucho como el entrenador habla por teléfono con un intento de inglés poco fluido—Soy el entrenador de Grayson—espera, ¿con quién está hablando sobre mi?— Grayson tuvo un accidente en el campo y está en el hospital. No es nada grave pero...—el señor Ricci hace una pausa—Me ha colgado—dice en italiano.

Salgo del baño con ayuda de las muletas y camino de nuevo a la cama. 

—¿Con quien hablabas?—pregunto en italiano. Me apunté a un intensivo de italiano cuando llegué a la ciudad y balbuceo lo que puedo. A veces digo algunas palabras en inglés pero aún así mis compañeros de equipo y el entrenador me entienden.

El señor Ricci no tiene ningún móvil en sus manos.

—Con nadie—miente.

—Te oí hablar por teléfono con alguien. ¿Le has contado a mis chicos que estoy en el hospital?—pregunto refiriéndome a Ezra y Rhett. No he hablado con ellos desde que me fui de Londres. Es el entrenador Ricci quien informa a Harrison de mis avances y él a mis chicos. Les echo de menos pero no sé que decirles.

—No—vuelve a mentir.

—Señor Ricci, lo he oído desde el baño. Estaba hablando con alguien.

—Quizás he llamado a esa amiga tuya.

—¿Qué amiga?—mi corazón comienza  a acelerarse.

—De esa chica de la que no paras de hablar.

—Noora—afirmo.

—Sí, Noora. Le estaba diciendo que estabas en el hospital pero antes de terminar me ha colgado.

—Debes llamarla de vuelta y decirle que solo es una rotura de peroné—intento alcanzar mi móvil pero Ricci lo aleja de mi—Noora es muy negativa. Pensará que estoy a punto de morirme. Necesito que la llame y le diga que estoy bien.

—No lo haré—niega.

—¿Perdona? Nadie le ha dado el derecho de entrométete en mi vida y aún así lo ha hecho. ¿Puede llamar a mi novia—hago una pausa—ex novia y decirle que estoy bien?

—Buenas noches, Grayson—el señor Ricci se va del hospital con mi móvil dejándome incomunicado durante toda la noche y aunque hago lo imposible para conseguir un móvil y llamar a Noora nadie me deja el suyo por ser una llamada internacional. 

Estúpidos italianos tacaños.

##

A la mañana siguiente el señor Ricci no me visita y aunque me resulta algo extraño pienso que debe de ser normal. Lleva conmigo en el hospital desde que me ocurrió esto. Todavía no recuerdo bien como pasó. Solo sé que estaba entrenando y al segundo estaba en el suelo con un dolor insoportable en mi pierna izquierda. Uno de los chicos había golpeado mi pierna bruscamente en un error por golpear el balón que estaba entre mis pies yendo directo a la portería. 

Sin móvil y sin nada para distraerme, el día comienza a hacerse largo y solo es la hora de la comida. A lo largo de la mañana algunas enfermeras entran para hacer un seguimiento de mi estado. La operación es mañana y me pregunto como lo voy a hacer después de esta. Tendré que estar al menos una semana con reposo absoluto y viviendo solo me resulta imposible. Quizás debería llamar a mamá y decirle que vuelvo a casa por un par de semanas antes de comenzar la rehabilitación aquí. La novia de papá tiene otra hija a la que no conocí en Navidad, una tal Avery. La chica estaba pasando las navidades fuera de Londres con una amiga y ninguno se acordó de decirme que existía hasta que en una de las videollamadas con mamá la vi aparecer. Parece una buena chica. No creo que le importe venir al aeropuerto por mi. En cambio Jasmine es otro tipo de persona. Desearía que el avión se estrellara antes de hacer algo por mi. Nuestra relación es algo difícil y no será porque no he intentado tener una relación de hermanastros con ella pero es imposible de llevar.

Déjame leerte en braille [Libro #1 Saga Destinos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora