NOORA
El fin de semana pasó entre apuntes del grupo de terapia y trabajos de clase. Pasar todo lo que recabo en las sesiones de grupo e incluirlo en mi trabajo final suele ser algo que me ocupa casi todo el sábado pero este fin de semana me ocupó algo más de lugar. No me podía sacar de la cabeza aquellos ojos grises mirándome de manera burlesca diciéndome que él solo cumplía órdenes. ¿Ordenes sobre qué?¿Qué demonios está tramando la señora Andrew? No podía esperar a mi siguiente sesión así que me pasé el domingo llamándola y enviándole mensajes. Ella contestó mi primera llamada pero colgó cuando le pregunté qué ocurría con Grayson y conmigo.
-Te di este número para emergencias y esto no lo es-dijo y colgó la llamada dejándome con la palabra en la boca. Quizás para ella esto no era una emergencia pero para mí si lo es. Cuando estoy nerviosa mi mente empieza a trabajar a mil por hora y a imaginar futuras hipótesis que no benefician para nada a mi salud mental.
Ahora estoy en la cafetería de la universidad mirando sin disimulo alguno la mesa del equipo de fútbol y analizando cada movimiento de Grayson para descifrar cualquier debilidad con la que pueda chantajearle antes de ir a la sesión de terapia de hoy.
-Si las miradas matasen Grayson Lightwood ya estaría muerto-dice Ava a mi lado.
Ava y yo solemos quedar para pasar los descansos juntas. Ella suele decir que no encaja con el resto de su clase y yo también me siento algo así. Desde lo que ocurrió con Romeo no es que sea la chica más popular del campus. Por su culpa pase casi los dos primeros años sin pasar por este lugar. Cada vez que llegaba todo el equipo de fútbol fijaba su mirada sobre mí hasta conseguir incomodarme y provocar que me marcharme de aquí. Las miradas de los chicos no venían solas si no que el resto de la cafetería también les seguía. Romeo tenía a todos controlados era el rey del campus hasta que una lesión le impidió jugar durante una temporada y perdió el título de capitán y acabo sucediéndolo Grayson. Para compensarlo cada año suspende un par de asignaturas a conciencia para seguir aquí y recuperar su título de capitán pero Grayson Lightwood no se lo está poniendo nada fácil. Tiene todo el apoyo del equipo y de todas las chicas del campus.
-Eso sería un sueño para mí y no creo que la vida me lo vaya a conceder.
-Todavía no entiendo que tienes contra él-dice y toma en su sorbo de su café-Sobre Romeo puedo entenderlo pero, ¿Qué te hizo Grayson?
-Me llamo roba galletas-vuelvo mi mirada hacia Ava por unos segundos.
-Es que sueles robar las galletas cada vez que vas allí.
Golpeo con mi codo su costado y se queja.
-Ay.
-Se supone que no dirías nada.
-Pero si nunca dije nada. Además, mataría por esas galletitas de coco si pudiese.
-Lo sé. Están deliciosas-digo y bebo un sorbo de mi té.
Grayson levanta su mirada y la fija en la mesa donde estamos sentadas Ava y yo.
-Mierda-gruñe Ava-Has acabado invocándolo con tanta mirada.
Grayson mete su mano en uno de sus bolsillos y saca su móvil para escribir un mensaje. Cuando lo vuelve a guardar mi móvil vibra sobre la mesa y se alumbra anunciando un nuevo mensaje. Me mira de nuevo y me sonríe esperando alguna reacción de mi parte. A parto la mirada y miro el móvil para leer el mensaje.
Grayson: ¿Podrías dejar de mirarme así? Los demás se van a dar cuenta.
Quiero preguntarle cómo ha conseguido mi número pero las ganas de contestarle sarcásticamente ganan la batalla.
ESTÁS LEYENDO
Déjame leerte en braille [Libro #1 Saga Destinos]
Teen FictionEn la prestigiosa Universidad de Londres, Noora, una brillante estudiante de psicología, oculta un doloroso secreto: una fobia que la paraliza y que solo su mejor amiga, Ava, conoce. A pesar de años de terapia, Noora siente que no avanza y su vida s...