NOORA
Le quiero, quiero a Grayson Lightwood como nunca quise a nadie y podría gritarlo ahora mismo a los cuatro vientos. Amo todo de él, los hoyuelos de sus mejillas, la manera que tiene de hacerme reír e incluso su manía de llegar tarde a todos lados. Y porque lo amo de esta forma sé que no puedo irme con él. Lo amo tanto que si algo sale mal entre nosotros estando en Italia rompería mi corazón y no estoy dispuesta a que vuelva a ocurrir de nuevo.
Mientras Grayson me lleva de vuelta a la residencia no aparto mi mirada de él en ningún momento. Intento memorizar cada uno de sus movimientos, gestos y rasgos antes de que se vaya y no nos volvamos a ver. Soy una cobarde. Sabía que no me iría con él desde que me lo propuso pero fui lo suficientemente egoísta como para no querer admitirlo y alejarlo de mi durante un tiempo en lugar de aprovechar los últimos días que no quedan juntos.
—¿Se supone que me invitarás a dormir en tu cuarto?—dice Grayson con una sonrisa torcida.
—¿Quieres dormir conmigo?
—Sí—admite—Llevo sin dormir bien desde que te fuiste de casa—toma mis manos—Necesito una respuesta. Me voy en menos de dos semanas.
Sus ojos están fijos sobre los míos y bajo mi mirada. No puedo soportar ver el dolor reflejado en su rostro cuando le diga mi decisión. Él toma mi barbilla entre sus dedos y me obliga a mirarlo a los ojos.
—¿Es necesario hablarlo ahora? Podrías subir conmigo y mañana tener esta conversación.
—Necesito saber tu respuesta ahora. Por que ya la tienes—afirma y me mantengo en silencio—¿Y bien?
—Será mejor que nos tomemos un tiempo—digo.
—Un tiempo—repite.
—Sí, un tiempo. Sé que Italia es tu sueño pero Londres es el mío no puedo dejar atrás algo por lo que llevo luchando cuatro años. Lo entiendes, ¿verdad?
—¿Debería ser yo quien dejase ir mi sueño por ti?—dice confundido.
—No estoy queriendo decir eso. Yo solo...
—Ya lo hice una vez—me interrumpe—Si me hubieses contado la verdad desde un principio nada de esto hubiese ocurrido. Tendría mi oportunidad aquí y tú y yo podríamos estar juntos.
—No te pedí que golpearas a Romeo—me defiendo—La decisión de contar lo ocurrido era mía y de nadie más pero él se adelanto. Agradezco que me defendieras pero no te lo pedí.
—Te tendría que pedir perdón a ti por golpear a Romeo—aprieta su mandíbula— ¿Eso estás intentando decir?
—No—grito—Ni siquiera me estás escuchando. Solo estás oyendo lo que quieres oír. Esta conversación no tiene ningún sentido—abro la puerta del coche—Me voy a casa Grayson. Buenas noches.
Grayson toma mi brazo antes de que pueda salir.
—Solo pídeme que me quede y lo haré.
Sus ojos están cristalinos, mantiene su mandíbula apretada esperando un sí por mi parte pero ya he sido lo suficientemente egoísta en esta relación y no pienso serlo más. Saco a flote los consejos de interpretación del curso de teatro que hice hace un par de años y tomo toda mi fuerza de voluntad para decir las siguientes palabras.
—No quiero que te quedes. Ya he tenido todo lo que necesitaba de ti. Me ayudaste con mi terapia y ya todo está bien en mi. No te necesito—hago una pausa—No te quiero. Te usé para mi propio beneficio y nuestro camino termina aquí. Espero que seas feliz en Italia.
Me deshago del agarre de Grayson.
—Me quieres—dice—Me dijiste que me querías hace un momento. ¿Qué ha cambiado?
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Déjame leerte en braille [Libro #1 Saga Destinos]
Teen FictionEn la prestigiosa Universidad de Londres, Noora, una brillante estudiante de psicología, oculta un doloroso secreto: una fobia que la paraliza y que solo su mejor amiga, Ava, conoce. A pesar de años de terapia, Noora siente que no avanza y su vida s...