:Capítulo 24:

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PARÍS

Estamos en el centro comercial después de esperar a la rubia Ford. Mientras íbamos en las escaleras eléctricas reímos como locas por la estupidez que había dicho Maya y sobre el comentario de Yuliana por ese mismo tema, ver a esas dos juntas me hizo saber que debía separarlas porque ambas eran un problema muy grave cuando se unían. Mi cuñada a mi lado se relacionaba conmigo y déjenme decirles que esa chica es agradable, loca y hasta se estaba adaptando a este grupo de perras — como lo hacia llamar la pecoza — el cual con gusto la integramos. Harper, era un año mayor que Logan y ver que ella no le afectaba ese tema de la edad me hacía admirarla pues existían pocas mujeres que se  seguíaban con: La edad no importa.

Entramos a una tienda la cual mi cuñada dijo que tenían buenos vestidos, y cuando entramos nos dimos cuenta que la chica no estaba equivocada.

Esta noche saldríamos con los chicos a tomar un aire fresco olvidando las semanas de exámenes que habíamos tenido, sin embargo, no estábamos aquí solo por eso pues buscamos el vestido que nos pondríamos para la boda de Oliver y su prometida, se que teníamos que escoger algo que no fuera mejor que la novia pero las chicas al parecer no les importaba eso. Ana, había escogido un vestido magenta de una sola manga larga brillante con dos dedos arriba de las rodillas y tenía una pequeña abertura de lado de su pierna derecha. Maya, escogió un vestido rojo que le combinaba y resaltaba su cabello color fuego, este vestido era colgado desde su cuello dejando sus hombros desnudos, el vestido tenía un cinturón dorado al rededor de su cintura dejando resaltar más sus caderas. Harper, compró un vestido negro con algunas hojuelas del mismo color un dedo menos de la rodilla que el de McMan, este tenía dos tiras en sus hombros y era liso en la parte de los pechos. El mío era de color verde oscuro, tenía las mangas cortas, no tan ajustado al cuerpo y tenía un pequeño corte entre mis pechos en forma de romboide, el vestido era dos dedos más largo de mis rodillas con dos aberturas en ambos lados de mis piernas.

Después de pagar por los vestidos fuimos a comprarnos un helado pues quería algo dulce y entré todas las cosas fue lo único que no me revolvió el estómago. Nos sentamos en las mesas de afuera de la pequeña heladería del centro y mientras reíamos de cualquier estupidez, esa sonrisa fue eliminada cuando frente de nosotros venía una manada de mastodontes quienes dos de ellos me mostró una sonrisa encantadora, sin embargo, solo uno de ellos fue el más atrevido y corrió hasta donde estábamos y sentada en la mesa me dio un fuerte abrazó.

La hermana del sujetó al vernos rodó los ojos fastidiada y comprendía que ella quería lo mejor para su hermano como también sabía que sus sentimientos por mi seguían intactos.

— Sabes que el destino nos quiere juntos — bromeo con esa sonrisa ladina en sus labios. Él saludó a las demás chicas y mis ojos pasaron de Alexander quien me había saludado con un beso en la mejilla al chico de anteojos y ojos verdes —: y ese milagro que están solas ¿nos esperaban?

— En tus sueños — atacó Maya —: qué hacen aquí ¿nos seguían?

Los ojos de Tomás me miraron y sonrió con picardía — En una en especial.

C.C lo tomó de los hombros, lo halo hacía el y lo alejó de mí.

— No andamos siguiendo a nadie — corrigió el rubio y dio un suspiró —: solo andamos de paso.

— Y la suerte es tan mala que nos cruzamos con ustedes — bromeó el moreno lo que reímos —: la vida no nos quiere.

— Y gracias a ustedes ahora tenemos a esas chicas quienes nos fulminan— señaló Harper hacía adelante de ella lo que me tuve que girar y los demás hicieron lo mismo para ver al grupo de chicas a unas mesas quienes al parecer ya nos habían puesto en sus listas negras —: ¡genial!

Tiempo Perfecto ©✔[+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora