:Capítulo 3:

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En ocasiones comprendía que el mundo en realidad era lo suficientemente pequeño para encontrarme con personas que aunque no tenían que ver como mi pasado, su familia era lo que no deseaba recordar. Ayden no era culpable de nada y eso lo comprendía muy bien; sin embargo saber que era hermano de Jennifer no me haría paz a mi pobre cabeza la cual deseaba no pensar tanto en lo que pasaba a mi alrededor y tener tiempo para mi y mis estudios sin necesidad de romperme la cabeza que no fuera con alguno de estos. El pelinegro de ojos verdes el cual estaba parado frente de mi con una calida sonrisa en sus labios parecía no ser como su hermana, en realidad no sabría si podía confiar en el y no es que mis amigos me hayan traicionado alguna vez pero después de lo de Scott y Mónica no me fio de nadie, ellos parecían no asesinar ninguna mosca y terminaron asesinando a toda el panal de abejas.

— No esperaba que ella tuviera un hermano — traté de no mostar la incómodidad.

— Es normal, no habla mucho de su hermano — me sonrió —: bueno nos vemos después, debo subir a mi habitación antes de ir a clases.

Ayden se alejó e hice lo mismo saliendo del edificio hasta mi próxima clase. Pase el césped observando el hermoso cielo azul. Me senté en mi clase empcionada por ma carrera que había escogido y al fin estaba en la clase la cual quise por mucho tiempo. Muchos chicos que vi en algunas clases de ayer estaban aquí, otros que vi en la fiesta y otros que nunca en la vida había visto.

— Buen día — escuché decir a una chica y levante la mirada viendo la puerta.

Ryan entraba por ella con unos vaqueros negros, una camisa de cuadros azules y negros y una camisa blanca por dentro, su cabello azabache desordenado como siempre con sus mechones hasta su frente más largo que desde que lo había conocido y el arete del mislo color en su oreja haciendolo ver más rudo y chico malo.

— Buenos días — la saludó Ryan con una boca cerrada a la chica al otro lado del escritorio la cual era rubia de ojos grises que al parecer era la típica chica que no le importaba quien estuviera en sus piernas.

— Aquí tengo un espacio — señaló el lugar junto a ella y sentí como la sangre me ardía.

Celos no, no celos...

Rode los ojos y mire al chico el cual le negó y sus ojos pasaron por toda la clase hasta clavarse en mí y mostrarme una linda sonrisa sentándose a mi lado.

— Buenos días linda— Ryan me dio un beso en la mejilla y se quito la mochila del hombro para colocarlo sobre el escritorio.— ¿acaso dormi contigo para que no me saludes?— susurro con su sonrisa cínica la cual me hizo reír.

— Creo que no y eso me hace falta— brome y su sonrisa se ensanchó.

Dejamos de hablar cuando un hombre casi calvo entro a la clase. Empezó a dar las reglas y todo lo que veríamos en el año, sobre la responsabilidad de cada uno en esta carrera como muchas otras palabras en animos para sacar todas las licenciaturas. Sabía que tendría muchas vidas en mis manos las cuales debía de hacer todo lo posible para salvar y me sentía nerviosa en solo imaginar en que no podría hacer eso.

Me encantaba la medicina, cuidar a otros y salvar sus vidas era lo que me impulsaba a seguir adelante aunque el terror fuera de que no fuera lo suficiente buena para hacerlo. La clase fue dinámica e imagine que el hombre sería todo un ogro cuando entro pero me di cuenta que en realidad le encantaba su trabajo.

— Nos vemos después — se despidió y se fue por otro pasillo.

Abrí la puerta de mi casillero sacando mi próximo libro para mi clase y lo cerré saliendo del edificio directo al campus para terminar el primer trabajo que nos dejaron. La brisa fresca golpeó mi rostro dejándome tranquilidad, el cielo estaba más azul de lo normal y era sumamente hermoso ver algunas aves en el cielo moviendo sus alas. Cuando baje la vista encontré una figura masculina a poca distancia en una de las bancas con sus ojos verdes en un libro.

Tiempo Perfecto ©✔[+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora