Me quedé con estética mirando el garaje de un lugar a otro deseando que la tierra me tragará de una sola vez. Entre tantos asuntos de diferentes colores, formas y tamaños no iba a lograr encontrar su camioneta aunque todas fueran iguales. El garaje era inmenso, mi súplica en estos momentos era que esa camioneta no estuviera en más abajo.
Tome una bocanada de aire y comencé a buscar el auto de Ryan entre los miles, apreté el botón que servía como llave esperando escuhar su sonido pero no sonaba nada que no fuera solo silencio y déjenme decirle que ese silencio era aterrador.
No recordaba para mí mala suerte donde había Ryan había estacionado esa camioneta lo que me daba mucha más desventaja.
No debí venir sola.
Sin embargo no quería parecer una novata y llamar a Ryan o Logan para que me ayudarán.
Así que con mi orgullo seguí buscando, me detuve por un momento viendo una camisa negra la cual me parecía familiar e iba a tocar el botón nuevamente cuando una voz me lo impidió.
— Ey muñeca.
Mire a los tres sujetos que se encontraban frente de mí con una sonrisa en sus labios la cual no me gustaba para nada.
— ¿Estas perdida?
Ninguno de esos sujetos me traían confianza, en sus miradas se podía notar que sus intenciones no eran socializar.
— Claro que no — me mantuve firme —: ¿buscan algo?
Los tres compartieron una mirada cómplice, mi cerebro máquina muchas estrategias para escapar de esos sujetos si intentaban algo contra mí. Tampoco debía ser tan negativa y catalogar a esos sujetos como unos pervertidos buscando una nueva víctima en un lugar tan solitario como este garaje. Joder, eso no ayudaba mucho.
— La verdad estamos felices por encontrarte — respondió uno de los hombres y eso me hizo sentirme tensa.
Los tres caminaron hacía mi y retrocedi buscando la mejor solución para una salida, eran tres contra una y tenía las desventajas. No tendría el tiempo para llamar en busca de ayuda, pero si gritaba quizás alguien me ayudaría aunque eso fuera difícil no me quedaba de otra que intentarlo. Me volteé y comencé a correr, los tipos venían detrás de mí y no era necesario girarme para verificarlo ya que sus pasos a mis espaldas se escuchaban.
— ¡Ayuda!— grite mientras corría las puertas e ir al elevador.—: ¡ayuda!
Volví a repetir con el corazón en mi garganta. Estuve a punto de abrir la puerta cuando uno de los hombres me pegó contra la pared, su altura era sorprendente lo que alcanzarme le resulto fácil por sus piernas largas, él pánico se apoderó de mi y antes de que ese hombre me dijera algo y los otros dos llegarán, levanté mi piernas golpeando su entrepierna con mi rodilla.
El hombre me soltó pero cuando intenté abrir la puerta alguien más lo hizo y esta me golpeó, caí de espaldas contra el suelo sintiendo como mi frente me dolía. Alguien me tomo del brazo y reaccionando lo empuje haciendo que cayera al suelo.
— ¿Qué está pasando aquí?— sentí alivió cuando una chica de cabello castaño hasta la cintura, con vestido blanco ceñido al cuerpo con las mangas cortas y muy hermosa nos miraba confundidos.
— Ellos... intentaban secuestrarme— respondí con todo el miedo del mundo. La chica unió sus cejas y miro a los tres hombres.
— ¿Qué? No, no intentábamos hacer eso — respondió uno de ellos.
— Claro que sí — me defendí.
— No estoy comprendiendo — la castaña puso su mano en el puente de su nariz—: ¿porqué crees que lo iban hacer?
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Tiempo Perfecto ©✔[+18]
Teen Fiction[2 parte de "Chico Perfecto"] 𝙽𝚘𝚝𝚊: 𝙿𝚊𝚛𝚊 𝚎𝚗𝚝𝚎𝚗𝚍𝚎𝚛 𝚕𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚙𝚊𝚜𝚊 𝚎𝚗 𝚎𝚜𝚝𝚎 𝚕𝚒𝚋𝚛𝚘 𝚎𝚜 𝚗𝚎𝚌𝚎𝚜𝚊𝚛𝚒𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚕ean 𝙲𝙷𝙸𝙲𝙾 𝙿𝙴𝚁𝙵𝙴𝙲𝚃𝙾. °•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•° Pensé que mi vida...