:Capítulo 29:

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París

Había pasado una semana la cual se fue lenta para mí pero agradecía que al fin los exámenes se acabaran por completo. Estudié mucho para el examen de mi carrera y tuve que estar en abstinencia por esos días para concentrarme al cien por ciento, Ryan quería lo mismo así que yo estudiaba en nuestra habitación y él en la de los invitados.

Busqué en la vitrina algo para comprar porque me estaba muriendo de hambre, todo se miraba apetitoso pero prefería comer algo con poca calorías ya que estos días los chicos llegan a nuestro apartamento y compraban pizza entre otras cosas mientras miramos alguna película en nuestra pantalla.

— Buen día — me saludó Daniela muy animada como siempre. Francelis solo me dio una sonrisa de boca cerrada y me sentí incomoda porque desde aquella vez que me enfrente a Tatiana nuestra relación no fue la misma o bueno por medio de ella pues ella me agradaba.—: ¿Quieres comer algo?— le preguntó a su amiga. Fran solo me miró de reojo y negó.

— Gracias — le dije a la cocinera cuando me dio mi plato con la ensalada —: ¿comemos juntas?

Les sonreí porque no mentía en eso, ellas me agradaban y éramos compañeros, así que lo menos que necesitaba era más enemigas en mi vida y muchos menos por culpa de un chico el cual no había tenido mucha relación en estos días. Daniela asintió y miramos a Francelis esperando una respuesta de su parte mas esta solo se encogió de hombros.

Eso era un inicio.

Nos sentamos en una de las mesas en la esquina de la cafetería y con desesperación devore mi ensalada, como dije tenía mucha hambre.

— ¿Quieren que les ayude con los mejores amigos? — solté y vi como Fran se tensó ante mi pregunta pero no me miró.

— ¿Segura que quieres ayudarnos?— preguntó Dani y asentí —: en ese caso, acepto.

— No estoy segura — dijo Fran viendo la mesa —: él esta interesado en otra chica.

Daniela acarició su hombro y me sentí culpable por ello.

— Por algo quiero ayudarles — ambas me miraron —: quizás solo es de plantar una semilla en aquella tierra y dejen decirles que lloverá y hará sol lo suficiente para hacer que ese árbol crezca.

Ambas rieron y me sentí bien por eso.

— ¿Creés que puedas?— sabía porque me hacía esa pregunta, y asentí haciendo que ellas pudieran sentirse tranquilas porque solo era de hacer que ellos supieran de sus existencias para que no fueran dos chicas más en el mundo.




*******

Metí mi libro en el  casillero y busqué el que necesitaba. Al tenerlo lo metí dentro de mi bolso y cerrando el casillero fui al baño para hacer pis antes de volver a mi próxima clase la cual no permitían ni ver a un lado solo para a nuestros compañeros. Esa mujer era demasiado estricta pero muy buena explicando así que no me negaba del todo.

Salí del baño y me lavé las manos, vi por el espejo frente de mi que alguien había entrado pero no le di importancia. Iba a tomar una servilleta para limpiar mis manos cuando mis ojos quedaron clavados por medio del espejo en la pelinegra de ojos avellana la cual tenía ese rostro que no me agradaba. Rodé los ojos, seque mis manos y bote la servilleta en el bote de basura para salir de ahí e ir a mi próxima clase.

— Me tienes miedo que te vas tan rápido — su palabra venenosas me detuvieron y suspiré porque no iba a perder el control con esa serpiente.

Reí son sorna desde mi garganta y me giré para encararla. No me iba a rebajar aun nivel tan bajo que tenía aquella perra, mas era necesario decirle con palabras que era solo una mierda más en mi vida.

Tiempo Perfecto ©✔[+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora