PARÍS
Extendí mi mano viendo como caía lentamente el copo de nieve en ella. Estaba completamente abrigada de pies a cabeza pero eso no evito que mis velloz se erizaran ante la fría nieve. Exhale viendo como el aire era expulsado de mi boca gracias al clima tan frío. Hundi mis manos dentro de mi abrigo antes de que me muriera congelada. Mordí mi labio y me giré para entrar de nuevo a casa y hacer un poco de chocolate caliente porque necesitaba algo cálido en mi sistema. Al entrar miré la hora en el reloj de pared mientras me quitaba la chaqueta, tenía la calefacción puesta así que estar tan abrigada dentro de casa no era necesario.
Escuché las risas y en unos segundos antes de entrar a la cocina vi como Gael y Abby bajaban las escaleras corriendo dos en dos. Odiaba que hicieran eso porque tenía miedo que se resbalaran y tuvieran un accidente, así que les grité para que no lo hicieran; sin embargo, ninguno me escuchó porque giraron las escaleras entrando al otro pasillo el cual iba hacia la puerta trasera. Negué rendida y entré a la cocina para hacer mi amado chocolate caliente con malvaviscos. Hice bastante para todos en la casa y tan solo imaginar cuando los niños probaran ese líquido se volverían más molestos de la cuenta, mas no sería quien se los soportará.
-¡Llegamos! - escuché a Ryan anunciar como la puerta principal ser cerrada. Me giré viendo como dos figuras entraban a la cocina, una me abrazó primero y la otra intentaba correr para hacer lo mismo.- te dije que estaría en la cocina.
Deje de acariciar el rostro de las criaturas en mis costados para fulminar a Ryan quien conversaba de su hermano sobre mí.
- Ella tiene escusas - Rayden recibió esta vez una mirada fulminante de mi esposo y reí alejándome de las dos pequeñas criaturas en mis brazos.- ¿Dónde están los chicos?- me preguntó.
Los gritos suplicantes de Gael a su hermana quien imaginaba que le estaba haciendo alguna maldad fue suficiente respuesta para Ray. Rodé los ojos al escucharlos pues parecían unos niños pequeños. Cuando mi cuñado se fue a buscar a los chicos me concentre de nuevo en las dos criaturas hermosas.
-¿Estás bien?- Ryan me atrajo a su cuerpo dándome un beso -: no tienes dolor.
Negué - Estoy bien amor, descuida -Nuestras dos primeras creaciones salieron corriendo de la cocina en busca de sus tres tíos los cuales imaginaba que uno de ellos volvía ser la víctima al ser torturado como la mayoría del tiempo. Ryan beso mi frente y tocó mi vientre el cual estaba abultado.
Ryan le encantaba sentir las pataditas que su hijo le daba y a mi me encantaba ver ese brillo en sus oscuros ojos brillantes al saber que pronto volvería hacer padre. Suspiré, después de lo que pasó hace once años tuve miedo de volver a quedar embarazada y todos lo sabían. Cuando se tenía un aborto era probable seguir teniendo otro por esa razón evité a toda costa quedar embarazada y tener una vida dentro de mí pues no quería otra pérdida. Ryan tuvo intención en adoptar y su hermano Rayden Hayes fue parte de esa idea la cual cumplió. Yo lo apoyaba con esas decisiones no solo por darle una mejor vida a mi cuñado sino darle hogar aún niño necesitado. Sin embargo, sabía que mi esposo quería algo que fuera completamente suyo, de su sangre y yo uno idéntico a él. Así que lo decidí y por ese tiempo le di su regalo el cual el brillo en sus ojos fue el mío. Claro que estuve en tratamiento, todos temíamos que tuviera un abordo en algún instante y perdiéramos a nuestra niña, pero nunca sucedió, por ende, tuve otro plan en mi vida después de cuatro años y ahora después de dos años estaba teniendo otro plan muy hermoso el cual como siempre seguía en tratamiento por las mismas razones pues no podíamos bajar la guardia.
- Mamá - Ambar mi hija mayor de seis años me acercó sentándose en las piernas de su padre y yo levanté a nuestra pequeña Riley de tan solo dos años sentandola en mis piernas-: ¿cuándo veremos al tío Ben?
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Tiempo Perfecto ©✔[+18]
Teen Fiction[2 parte de "Chico Perfecto"] 𝙽𝚘𝚝𝚊: 𝙿𝚊𝚛𝚊 𝚎𝚗𝚝𝚎𝚗𝚍𝚎𝚛 𝚕𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚙𝚊𝚜𝚊 𝚎𝚗 𝚎𝚜𝚝𝚎 𝚕𝚒𝚋𝚛𝚘 𝚎𝚜 𝚗𝚎𝚌𝚎𝚜𝚊𝚛𝚒𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚕ean 𝙲𝙷𝙸𝙲𝙾 𝙿𝙴𝚁𝙵𝙴𝙲𝚃𝙾. °•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•° Pensé que mi vida...