:Capítulo 32:

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Me senté en la cama cuando sentí que mi garganta de nuevo estaba reseca. No había ido a la universidad porque me había levantado con el pie izquierdo — enferma — y para nada me sentía con los cinco sentidos. Ryan, entraba hasta las diez de la mañana a sus clases y por ese tiempo se había quedado a cuidarme y amé cada preocupación que tenía cuando me escuchaba correr al baño y vomitar todo lo que él me había hecho comer.

Aún recuerdo sus últimos palabras antes de salir del apartamento.

— Mataré a tu hermano.

Logan había estado enfermó estos días y por más que lo evité para no estar como él, fui la única que se enfermó después de que tanto le huí.

Logan — Lo lamento hermana.

Gomita — Bebé mucha agua.

Tomas— ¿quieres algo de comer?

Sean — Al salir de la universidad iré con Maya a verte.

Puse el celular en la cama y me levanté por algo de tomar porque de verdad necesitaba algo que me quitará la sed. Cuando volví a la cama para ordenarla y hacer algo para comer leí el mensaje que la rubia me había mandado.

— Esperó que te cures pronto. Ya tu príncipe golpeó a tu hermano por pasarte el virus.

Reí tan solo imaginar como le había ido a mi pobre castaño de ojos miles por algo que él no tenía la culpa. Aunque es injusto que entre todos el virus me haya escogido a mi después de que toda la semana lo evité — y si había pasado una semana — ¿era mejor partido que los demás? No lo sabía pero mataría a ese virus por hacer que regurgitara todo lo que había comido.

Fui al baño para darme una ducha con agua fría para ver si eso me ayudaba. Necesitaba usar lo aprendido conmigo y prefería morir yo, que matar a uno de mis pacientes.

Mi celular en algún lado de la habitación comenzó a sonar y con mis pies arrastras respondí la llama sin ver de quien se trataba.

— Emm...— me acosté en la cama porque los estupidos mareos habían vuelto.

¿Dónde estás?— mire la pantalla ya que no reconocía la voz y fruncí mi ceño al ver que era un número desconocido.

— ¿Con quién hablo?— escuché su sonrisa burlona del otro lado de la línea pero no reconocía la voz del chico

Ayden — respondió —: lamentó si te llamé de esta manera, pero no te vi en la universidad y necesitó decirte algo. Le pedí el número a Maya esperó que no te moleste.

— No claro que no — me levanté de la cama y encontrando mis pastillas me las tome —: Ayden, en estos momentos no me encuentro del tono bien ¿sabes? Y no sé si puedo verte.

Me sentía de los diablos y lo menos que necesitaba era seguir moviendome. Sabía que Crowell no tenía toda la culpa al sentirme de aquella manera, pero cuando me recuperará lo mataría por hacerme que me sintiera con ganas de morirme. Al ver mi reflejo en el espejo cuando intenté tan siquiera arreglarme un poco para no verme tan fatal, arrugue mi nariz al ver lo patética que me veía. Mi rostro estaba pálido, mis ojos caídos son sombras debajo de ellos y si salía me iban a confundir con un fantasma, no tengo pruebas pero tampoco dudas de que eso pasaría.

Tiempo Perfecto ©✔[+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora