Teo se puso de pie inmediatamente y se colocó delante de mí para detener futuras agresiones. Me sentí protegida.
-Que se la última vez que le tocan-dijo molesto.
-¿Tú quien eres?-Pregunta mi madre mirándolo fijamente. Ni siquiera estaba segura de qué diría él.
-Yo soy el papá de La Niña-ella no se detuvo y lo abofeteó también.
Jared nos miraba perplejo sin saber qué hacer, se había mantenido inmóvil en el sofá sin decir ninguna palabra. A decir verdad me sentía algo humillada de haber sido golpeada frente a mis propios amigos. Sin embargo, sabía que ellos jamás me iban a juzgar como mi familia lo había hecho antes.
Que esto termine pronto, imploré.
–No eres más que un chiquillo tonto–rió amargamente–, y tú Nora, eres la vergüenza de esta familia.
–No me preocupa lo que soy para ti–logré decir con voz temblorosa y sin mirarla a los ojos. No me sentía con el valor.
–¿Qué dijiste?–me dio oportunidad de retractarme. Jamás lo haría, solo así podía demostrarme a mí misma que aún quedaba algo de dignidad en mi interior.
–Dije que no me preocupa lo que soy para ti–esta vez pude sostenerle la mirada. –Estoy segura que en esta casa he conseguido más cariño que en toda la vida que pasé contigo. Eres una persona podrida, tú y toda tu familia están podridos.
Pude ver como sus ojos se ponían rojos y llorosos por el coraje. Creo que todos pudimos verlos.
–Eres una tonta, Nora–intervino mi hermana. –Lo mejor que pudimos hacer fue deshacernos de ti...
Sus comentarios no dolían. No dije nada, hace tiempo a ella ya no la sentía como mi familia. Su comentario no tuvo respuesta de nadie.
–Te vendrás conmigo de regreso a España–dijo mi madre. Se acercó a mi y me tomó del brazo intentando llevarme hacia la puerta, di un pequeño jalón para soltarme de su mano.
–¿De que hablas–Pregunté. –No has entendido que tengo una hija.
–La dejarás aquí y volverás conmigo
–No puedo creer que digas eso
–Eres mi hija, Nora... no puedo permitir que vivas así ¿qué sabes tú de ser madre?
–Puedo asegurarte que sé más que tú, ya no soy la niña que lloraba por un poco de cariño
–Si no sales en diez minutos, deberás olvidarte de que tienes una familia–dicho esto salió junto a mi hermana.
Teo me hizo el favor de cerrar la puerta. Pude ver por la ventana que había un auto frente a nuestra casa, ahí me esperarían.
–No te irás ¿no?–preguntó Jared.
–Obvio que no–dijo Teo sin dejarme contestar.
Tomé asiento y me mantuve callada por los próximos minutos. Solo estuve nerviosa hasta que el auto arrancó, rompiendo nuestros lazos familiares.
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Madre por elección. {2014}
ChickLitNora se muda de país para comenzar una nueva vida, sin saber que la sorpresa de encontrar una bebé frente en su puerta la cambiará por completo.