Al volver a la preparatoria después de tantas faltas, lo único que recibí fueron las grandes noticias de que debía asistir a asesorías complementarias en dos materias. Sabía que era justo y hasta me sorprendí de que no fueran más.
—¿Podemos hacer el proyecto de filosofía juntos?—Preguntó Jared girándose para vernos a Theo y a mí.
—Supongo que sí—respondió Theo sacando punta a su lápiz.
—Obvio que sí, tontito—le pegué con mi pluma en el hombro. —¿En mi casa a las cuatro?
—¿Y si mejor nos vamos juntos a la salida? Podemos pasar al súper por algo de comer...
—Eso suena mejor—dijo mi compañero de al lado. —Así no te vas sola.
—Bueno, ya que insisten—reí y continuamos escribiendo lo del pizarrón.
Cuando sonó el timbre para el almuerzo guardamos nuestras cosas y fuimos a comprar juntos. Bajamos del edificio con la multitud, pero Jared se abrió paso corriendo entre todos para apartarnos una mesa en la cafetería. Theo y yo nos reímos de él por la energía que tenía.
Después de comprar nos sentamos como siempre lo hacíamos: Theo y Jared enfrente de mi. Me quedé observándolos con una sonrisa mientras ellos comían lo que habían comprado.
¿Cómo pasé de almorzar sola a almorzar acompañada?
—¿Tenemos algo en la cara?—Preguntó Jared dejando de comer.
—No, nada—dije saliendo de mi trance.
Theo me miró extrañado. —¿Entonces?
—Me preguntaba cómo es que ustedes dejaron de sentarse con sus amigos para sentarse conmigo—sonreí enormemente. —Después de tanto tiempo, por fin siento que tengo amigos de verdad.
—A decir verdad, estoy más cómodo con ustedes que rodeado de chicos que solo hablan de facebook, historias y esas cosas—dijo Theo volviendo su mirada al plato.
—Ustedes son mis mejores amigos—comenzó a decir el otro. —Es normal querer estar con ustedes.
Al finalizar las clases salimos juntos de la escuela y fuimos al súper. Jared insistió en comprar un montón de frutas para comer con chile y limón, Theo compró fritos y yo lo que comeríamos. No quería que Lucinda me reprendiera por alimentar mal a su hijo.
—¿Está bien si empezamos el proyecto mientras tú cocinas?—Preguntaron.
—De acuerdo, solo no lo hagan tan mal—bromeé poniéndome el delantal.
—Me quitas las ganas de todo—dijo Jared haciendo puchero.
Yo creí que estaban entusiasmados hasta que fui a la llamarlos para comer y vi que habían armado una fortaleza con los lego de Leria.
—A esto lo llamo fe ciega, amiguitos—los miré con los ojos entrecerrados. —Vengan a comer.
—Sí, mamá—no creo que haga falta decir quién dijo eso imitando a un bebé.
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Madre por elección. {2014}
ChickLitNora se muda de país para comenzar una nueva vida, sin saber que la sorpresa de encontrar una bebé frente en su puerta la cambiará por completo.