Después de que terminamos el proyecto y acabamos con las chucherías, nos quedamos conversando sobre muchas cosas. Teníamos sueños muy diferentes. Jared quería abrir su propio restaurante, Teo quería ser profesor de Inglés y yo, en cambio, aún no sabía qué era lo que quería hacer, me encontraba muy confundida. También quería formar una familia y llenarla de tanto amor como pudiera.
Llegó la hora de que mis amigos se marcharan y yo fui por Leria. Después de una tarde de risas, la casa parecía algo vacía, supongo que así era como se sentía tener amigos. Lavé los platos, limpié la mesa y con ayuda de mi bebé guardamos los lego en su lugar, había olvidado pedirle a ellos que lo hicieran. y ellos lo había olvidado, que falta de modales. Reí. Tremendo desastre.
La mañana siguiente me desperté más temprano para llegar a la escuela, tenía muchos ánimos y preparé algo de fruta para compartir.
Poco a poco comenzaba a sentirme completa, tal vez se trataba de que pasar tanto tiempo preocupada por cada cosa que sucedía a mi alrededor me hacía minimizarme a mí misma y sentir que había algo mal en mí. La verdad es que nada de eso era real, solo era mi mente desviando la atención a cosas poco importantes, al tomar el tiempo de analizarme descubrí que soy grandiosa, que puedo con todo lo que se me presente y creo que todos deberían pensar lo mismo.
Las dos primeras clases fueron libres, pues el maestro había enfermado y no había un reemplazo para él. Me encontraba con Teo y Jared jugando voleibol en las canchas, cuando de repente mi celular comenzó a sonar. Me detuve en seco y miré la pantalla para ver quién era. Número desconocido.
-¿Bueno?-Contesté.
-Nora-dijeron al otro lado. Esa era la voz de mi madre.
Entré en trance por unos segundos y si le agregamos que Jared me dio con el balón en la cabeza, imaginarán lo confundida que me sentía. Miré a mi amigo y este articuló "¿Quién es?", con los labios. A lo que respondí de la misma manera: "Mi madre". Él y Teo se miraron entre ellos, sabían que nuevamente había problemas.
-¿Qué ocurre, mamá?-pregunté intentando sonar normal.
-Me comentó Richard que estabas ocultando algo, pero no quiso explicar-se me heló la sangre.
-¿Algo que ocultar?-Reí nerviosa. -Para nada, seguramente estaba confundido.
-Hemos venido a verte, Nora-dijo. Sentí como mi cuerpo se paralizaba en un segundo. -Llegaremos a tu casa en unas horas.
-¿Hablas en serio?-Pregunté.
-Sí, queremos saber qué escondes. Tengo que colgar ahora, pero pronto estaré contigo-dicho esto finalizó la llamada.
Mis amigos se encontraban a un lado mío y me cuestionaron sobre qué ocurría.
-Mi madre y no sé quién más, están aquí para verme... No tengo idea sobre qué hacer-tomé mi cabeza entre mis manos y cerré mis ojos buscando ideas.
-¿Entonces les contarás todo?-preguntó Jared.
-Definitivamente no, si mi madre sabe que no es mi sangre la quitará de mis brazos. Debo asegurarle que algo nos une para que no tenga ideas macabras.
-Puedes decirle que un chico te embarazó, te abandonó y tenías miedo de decirle, por eso lo ocultaste-dijo y lo miré incrédula.
-Puedo fingir que soy el padre-se ofreció Teo. Jared y yo lo miramos confundidos. ¿Qué tipo de propuesta era esa?
-¿Qué?-Soltamos al unísono. Algo se revolvió en mi estómago. ¿Sería prudente hacer eso?
-Creo que es buena idea, solo nos verían como dos adolescentes imprudentes.
-Es justo lo que debemos hacer. Suena perfecto-dijo Jared.
Si los dos lo veían de buena manera creo que podíamos intentarlo.
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Madre por elección. {2014}
ChickLitNora se muda de país para comenzar una nueva vida, sin saber que la sorpresa de encontrar una bebé frente en su puerta la cambiará por completo.