—¿No me lo agradeces?—Leria estaba dormida, por eso no me acercaba a arrebatársela. Al parecer no le había hecho daño.Richard intentaba retorcerse en la silla, pero estaba muy sujetado.
—Sé por qué lo has hecho—dije. —Ya antes me habías dicho que sería yo quien te la entregara.
—Tu memoria es muy buena, no quería tener que recordártelo...—Me extendió a Leria con sus brazos y la tomé. —Cuando despierte, dile que papá estaba muy ocupado y no pudo jugar con ella.
Lo miré con desdén.
—Leria no tiene un papá, no te confundas.
—Tampoco tiene mamá, está muerta—me guiñó un ojo.
—Eres un maldito—dijo Theo y alzó el puño.
Jorge hizo un movimiento más rápido y lo tomó del brazo.
—Si no pudiste con él—dijo refiriéndose a Richard—, menos vas a poder conmigo.
En cierta parte podía tener razón, era un hombre corpulento a diferencia de Theo.
—Gracias por no hacerle daño—dije sin mirarlo mientras caminaba hacia la puerta.
Theo vino detrás mío, ni él ni yo preguntamos por mi tío. No nos importaba en lo absoluto.
—¿Qué fue eso?—Preguntó mientras salíamos del edificio.
—¿Qué cosa?
—No fue difícil recuperarla, nos la regresó sin problema...
—Imagino que más allá de ser una mala persona, es un empresario. Hay trabajo para él.
Al llegar a casa encontrmos a una muy preocupada Lucinda.
Nos miró extrañada...
—¿Tan rápido? Apenas iba en la primera parte de mi angustia...—Se puso de pie y caminó hacia mí. Me abrazó junto a Leria. —Me tenían con el Jesús en la boca.
Theo fue a tomar un vaso de agua y yo le expliqué a su mamá lo sucedido.
Se quedó tan confundida como nosotros. Ciertamente había sido diferente a lo esperado, sin embargo, agradecimos que fuera así.
Leria se fue a los brazos de Lucinda y yo aproveché para llamar a Jared y contarle.
—Creo que es tiempo de que saquemos de esta casa las cosas de Richard—dijo Lucinda.
—Opino igual—concordó Theo.
—De acuerdo—dije. —Hagámoslo.
Nos apuramos a guardar todas sus cosas en las maletas, no sabíamos si Jorge iba a dejarlo ir tan fácilmente, pero por si volvía que no entrara. Dejamos todo un poco mejor de la entrada y estuvimos esperando un rato.
A la media noche Theo y Lucinda su fueron a casa. Cerré las puertas con seguro y después de un baño nos fuimos a dormir.
Cuando desperté lo primero que fui a ver, fue si ya no estaban sus cosas. Y en efecto, no estaban. Sentí cierto alivio porque ya no tendría que verle la cara, al menos no por unos días.
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Madre por elección. {2014}
ChickLitNora se muda de país para comenzar una nueva vida, sin saber que la sorpresa de encontrar una bebé frente en su puerta la cambiará por completo.