16: Adiós, Jaden.

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Aidan.

A mí me da igual todo lo que pase con los demás. Ya tengo a mi Luna y es lo más importante para mí.

—¿Irme a dónde? —Deylin mira a Luz como si fuera a llorar de enojo.

—Aidan, no quiere irse —Mi Luna se niega a la situación y ambas actúan como si yo fuera el culpable.

Joel quiere llevarse a Deylin, ella no quiere irse y mi Luna no quiere que se vaya, pero yo no voy a intervenir en los deseos de mi mejor amigo. Si estuviera en su lugar, haría lo mismo.

—Buenas noches —Es lo único que respondo y es un claro despido, para hacerles saber que quiero que se vayan lo más rápido posible.

—¡Luz! —Deylin grita abrazando a mi Luna y esta última mira a Joel con enojo.

—¡ERES UN IDIOTA! —El hombre y yo cruzamos miradas, ya que este es un carácter que no conocía.

Minutos después, gracias a la intervención de Andrea, los tres logran irse.

Pobre chica, conociendo a Joel no le tendrá paciencia.

—I'm mad —Aclara mi Luna entrando a la casa.

—¿Conmigo? —La sigo hasta las escaleras y se detiene para darme una mirada dudosa.

—Depende.

—No puedo negarle el mate a ningún lobo, es la ley —digo en mi defensa.

—Bien, contigo no. Con tu amigo sí.

—Ve a dormir, hablamos mañana —Le doy un beso en la mejilla mientras la abrazo por la cintura y aspiro el olor a manzanas que me vuelve loco.

—Good night —Se despide.

Sube las escaleras recogiéndose el cabello, yo me muerdo el labio imaginando como sería dejarse envolver por esas blancas piernas.

Mi Luna no es delgada, pero tampoco gorda. Está en el medio y tiene los atributos perfectamente proporcionados.

Me voy a mi despacho intentando borrar esos pensamientos. «Hoy fue un día bueno».

—Aidan —Marcus se me atraviesa en el camino y mira a ambos lados revisando que no haya nadie antes de hablar —¿Cómo lo tomó?

—Bien —Sonrío —Creo que solo necesita tiempo para aceptar su lugar a mi lado.

—Bien, ella decidirá si rechazarte o aceptarte.

Miro el techo evitando su mirada y mi molestía por lo que dice es notable.

—Si, aunque sabes que yo no la dejaré ir.

—No sabes si va a rechazarte...

—¡No lo hará! —Le gruño harto de la situación.

Me detalla por cortos segundos y me conoce tan bien, que no me sorprendo cuando niega mirándome con asco.

—No, no lo hará... Porque no le dijiste que puede hacerlo —Une puntos llegando a una explicación coherente —Debes decirle...

—¡No! —interrumpo —Sobre mi cadáver se va a enterar que puede rechazarme. Ni tú, ni yo y nadie le va a decir.

Amenazo y él no me mira antes de perderse en el pasillo.

Luz.

—Hola —saluda Jaden al otro lado de la línea

—Hola, tenemos que hablar —Voy directo al punto y por cómo me saluda, siento que no soy la única con ganas de terminar todo esto.

—Claro, tú dime.

Mate del alfa©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora