Mate del alfa©

2: Voleibol.

Luz.

—Esta es tu habitación, la mía está al frente, por si me necesitas — Dice Aidan abriendo la puerta.

Dudo que vaya a necesitarlo para algo.

Reparo el lugar con fascinación. Una habitación de paredes blancas, todos los muebles y decoraciones con gris, rosado fucsia y blanco.

Hay una ventana de cristal que cubre toda la pared del fondo y muestra el bosque en todo su esplendor. «Lindo»

Me asegurare de cerrar las cortinas antes de que anochezca, estoy segura que toda esa arboleda puede parecer la boca del lobo en cuanto la oscuridad la cubra.

—Es muy linda, gracias.

—Tu eres muy linda —Pone sus manos en mis hombros y me alejo con rapidez.

Me mira con indiferencia por cortos segundos antes de salir de la habitación en silencio. Siento que puedo respirar mejor con él lejos.

Definitivamente no me gusta esto.

Minutos más tarde, descubrí que tengo un jacuzzi en el baño y un closet más grande que mi habitación en casa. Estoy segura que mi ropa no va a llenar siquiera la mitad.

Decidí llamar a Deylin como se lo prometí.

—¡Hola!

Sus rizos color café resaltan en la cámara, cosa que me hace sonreír ya que me encantan.

—¡Yei! Llegaste bien ¿Qué tal el vuelo?

—Aburrido y con sueño. Aunque la vista desde arriba es hermosa.

—¿Y qué tal el lugar? ¿Es como en las fotografías?

—Es aún mejor amiga, el pueblo es increíble y hay mucha gente, pero el amigo de papá vive en una zona muy retirada — Cuento mientras camino por la habitación.

—Adivinaré ¿Viejo y odioso?

Abro los ojos de forma exagerada y niego sonriente.

—Está bueno y no parece malo... Y creo que es raro, ha estado diciéndome cosas extrañas.

Ella empieza a reír con las cosas que le digo.

—¿Cómo que cosas extrañas? ¡Cuenta!

—Preguntó si había estado con alguien y me dijo que era muy linda.

—¡Dios sí! Le gustas a un mayorcito, mientras no esté tan feo y tenga dinero.

—¡Dios no! —Me río sin poder creer lo que dice. Cada día sus chistes malos me sorprenden más y yo pensé que aquello era imposible.

Abro la puerta y salgo a caminar, mientras hablo por teléfono.

—Piénsalo bien, sería como un Sugar Daddy, cuándo muera te quedas con todo.

«Dudo que muera ahora».

—You are crazy.

Luego de bajar las escaleras, caminé por un largo pasillo con ventanales de cristal. Le mostré todo para que pudiéramos hablar de todos los lujos que había.

—¿Y qué tal están las cosas con Jaden?

Lo que pregunta me hace entrar en pánico y busco alguna figura cerca.

—¡Shh! —Rechiste colocando el dedo sobre mis labios.

—Ups —Ella soltó una risita, me alejé de la casa lo más que pude saliendo al jardín.

—Sabes que mi papá no sabe que tengo novio —Me pego en la frente en señal de frustración.

—Lo sé, pensé que no había nadie en...