Primer +18 narrado por Aidan, disfruten.
Aidan.
Duerme desnuda a mi lado y la observo tratando de descifrar una solución. «No quiero que se vaya, no quiero... Volver a estar solo».
Su rostro se muestra pacífico y me permito detallarla. El cabello revuelto, los labios con forma de corazón, la pequeña verruga en su pómulo izquierdo casi imperceptible y las mejillas suaves que toman forma cada que sonríe.
Su corazón se acelera, abre los ojos y me mira confundida.
—¿Qué hora es?
—Aún es de madrugada.
—¿Qué haces despierto?
No respondo y la abrazo pegando su cuerpo al mío, meto la cara en su cuello inhalando su magnífico olor a manzanas y tierra mojada.
Muevo las manos bajo las sábanas hasta llegar a su intimidad y suelta un suspiro cuando la toco.
Está mojada y caliente para mí.
Me da un poco de vergüenza mirar a Luz a la cara mientras estamos así, porque me siento como un degenerado cuando pienso en la edad.
—¿Te gusta? —pregunto marcando un ritmo.
—Sí.
—¿Segura? —Aumento el ritmo.
Esta vez asiente con rapidez. Su aroma cambia a uno más dulce.
Se tensa y encoge las piernas hacia arriba dándome más espacio. Suelta cortos quejidos y me entierra las uñas en la muñeca.
La dejo que se corra mientras escucho las barbaridades que dice... Música para mis oídos.
Le planto un beso en los labios y ella sola se sube sobre mi regazo abierta de piernas.
«¿Ven? La niña caliente aquí es ella, no yo».
Me levanto con pesadez, el baño lo tomo tan rápido como puedo y me cambio al mismo ritmo. Reviso a Luz antes de salir, ya que odio dejarla sola, pero tengo cosas que hacer.
Solo Marcus está en la mesa y no dejo pasar la oportunidad para hablar con él.
—Buenos días, amigo —saluda.
—No va a irse —aclaro apenas me siento.
—Lo aclaraste ayer —murmura con seriedad.
—Pero no quiere quedarse, no voy a obligarla... Por eso te pido que tampoco te vayas.
—¿Me lo pides o lo ordenas?
—Te lo pido, si lo hago es porque eres mi amigo y eres consciente de lo mucho que la he esperado.
Se limpia con las servilletas antes de ponerse de pie y sonreír con tristeza.
—No voy a quedarme, no para que sigas aprovechándote de mi hija... Porque crees que no lo sé, pero he visto marcas y moretones en su cuerpo que demuestran lo que tú has...
—Retírate, soy tu alfa y te prohibo faltarme el respeto de esta forma. Estás haciendo comentarios indebidos sobre mi vida privada y sin importar que seas mi amigo, no tienes derecho.
Sus ojos se pierden en la cerámica del suelo y termina yéndose sin responder.
El tenedor refleja mis ojos rojos por el enojo y dejo caer la espalda hacia atrás con frustración.
«¡Maldición!» Solo estoy pidiendo que no se vaya.
«¿Y si la obligo a quedarse? ¡No! Va a pensar que soy un monstruo».
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Mate del alfa©
Fantasy¿Qué es lo que podría pasar en un viaje a Suiza con tu padre? ¿Cómo te sentirás cuando el amigo de tu padre intente estrechar su relación contigo? Luz Bonnet, una chica hermosa, educada, amable y sobre todo difícil de domar. Con tan solo 15 años...