Luz.
Nunca he pensado que soy buena para algo en específico, me gusta cantar, me gusta el vóleibol, me gusta leer y la ciencia.
Pero tengo amigas que comparten los mismos gustos. Y no siento más amor por uno, que por otro; Por eso, mi orgullo es grande cuando ella chilla al otro lado del teléfono.
—¡Fui aceptada!
—Te lo mereces, mi amor —río acompañándola en su alegría.
—¡Debes entrar! ¿Te imaginas que quedes en la misma área que yo? —empieza a alucinar.
—No soy un lobo, Deylin...
—Pero, puedes serlo. ¡Solo llama a Aidan y regresa a Suiza! Amiga no dejarás de hacer tus cosas... Él solo pide que te quedes, con el tiempo que te ha esperado y el que le queda por esperar hasta que tú hagas tu vida... Yo creo que es lo mínimo que puedes hacer.
—Cariño, entiéndeme a mí. Soy joven con una vida por delante y hay muchas cosas que quiero hacer antes de formalizar... Lo que sea que sea esto.
—Sí, pero, también entiéndelo a él. Décadas en tu búsqueda, cuando al fin te encuentra decide cambiar sus costumbres, para que tú te quedes a su lado sin ningún tipo de compromiso... Hasta que te sientas lista. Él solo te necesita cerca, no le importa si son o no.
Mi boca forma una mueca.
—¿Crees que estoy siendo egoísta?
Ella suelta una carcajada.
—Nunca, mi amor. Eso no está en ti —escucho voces de fondo —Cariño, tengo que irme. Te llamaré después, te amo.
Cuelga sin esperar respuesta, yo me acomodo en mi cama y tardo un rato pensando en pros y contras.
Suelto un bufido divertido al pensar «¿Cómo le explico a mis padres que quiero irme a vivir con un hombre?» Para ellos será normal. Pero mamá aunque no lo diga, sé que le va a molestar.
Aidan.
Las dos horas más rápidas de mi vida, son las que siempre consideré que serían las más lentas, la pista de aterrizaje me recibe y el chofer abre la puerta para que pueda abordar el vehículo.
Llueve a cántaros y detallo el cristal pensando en una explicación.
Prometí dejarla ser feliz, que disfrutara su vida y tuviera aventuras.
Sé que esto no es su responsabilidad, pero me niego a hacerlo sin preguntarle antes.
Las calles de España son muy diferentes a las de Rougemont. En poco tiempo el auto se detiene frente a la residencia de los Bonnet y me bajo con un paraguas, toco la puerta pero, nadie responde... Sé que es tarde, y esto es algo serio.
Toco el timbre una y otra vez como un niño desesperado.
Marcus confundido y sin camisa me abre la puerta.
—¿Aidan?
—Necesito hablar con tu hija —Entro a la casa sin ser invitado.
—Luz, está dormida —cierra la puerta detrás de mí. Su esposa está al pie de las escaleras, despeinada y descalza. «Estaban dormidos»
Hace una reverencia cuando me detengo frente a ella.
—Necesito decirle algo importante —explico.
No tengo intención de ser grosero, estoy en su casa. Creo en el respeto sin importar mi posición social.
—Yo lo acompaño —La mujer sube las escaleras y yo detrás de ella.
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Mate del alfa©
Fantasy¿Qué es lo que podría pasar en un viaje a Suiza con tu padre? ¿Cómo te sentirás cuando el amigo de tu padre intente estrechar su relación contigo? Luz Bonnet, una chica hermosa, educada, amable y sobre todo difícil de domar. Con tan solo 15 años...