𝔛𝔛ℑℑℑ-. 𝔘𝔫 𝔇𝔢𝔰𝔠𝔬𝔫𝔬𝔠𝔦𝔡𝔬 𝔶 𝔘𝔫𝔞 𝔅𝔲𝔢𝔫𝔞 𝔓𝔢𝔯𝔰𝔬𝔫𝔞.
Estaba furioso.
En realidad, había pasado demasiado tiempo guardando la calma. Esta vez, no se esforzó ni siquiera un poco en encerrar ese enojo; probablemente se arrepentiría luego, pero en ese momento no importaba.
Michael y Liam se miraron sorprendidos ante la presencia de Harry en la sala de creación, para que este se acercará a una repisa y volviera a desaparecer. Michael se encogió, confundido pero restandole importancia, perfectamente acostumbrado a las cosas raras que Harry solía hacer.
El creador apareció en un lugar diferente, que lucía mucho más grande de lo que realmente era. Le recordaba a cuando la tierra fue destrozada por grandes llamas de fuego, pero parecía más un desierto quemado que el se había encargado de diseñar.
Había cosas que nadie podía evitar.
Percibió la oscura figura en la montaña más alta. Podía notar la perdida de forma en dicho ser, originalmente se podía notar más delimitado por una silueta similar a la suya, y Harry sabía porque ya no era así, algo que lo atormentaba cada noche. Era lo único que se negaba a cambiar, no iba a hacerlo, no estaba dispuesto.
Harry tomó fuertemente los laterales de la figura, obligandole a girar su cuerpo hasta poder percibir las brillantes esferas lilas que se hacían pasar por ojos. Podía notar el miedo en aquellas luces, y odiaba admitir que eso lo satisfacía.
-¿¡Qué pretendías lograr con eso!?-reclamó, encolerizado y ardiendo en enojo.
Difícilmente logró notar una ligera molestia en la expresión de la oscuridad, tan deforme e imperceptible que solo a esa cercanía era capaz de notarla.
El creador levantó la mano derecha, creando una llamarada de fuego en ella y acercandola peligrosamente cerca de la oscuridad. El fuego era su mayor temor, por ello había quemado completamente el lugar y sabía que la mejor forma de seguir dañandole era esa: Creando cada vez más fuego que terminaba quemando su interior y destruyendo un poco más su vida.
-¡Lo que tú jamás podrás hacer!-exclamó la oscuridad, con miedo y enojo a la par-¡Darle al menos un poco de felicidad!
Estaba derrotado, lo sabía, probablemente no sobreviviría y si lo hacía no podría escapar jamás. Harry acabó con toda la esperanza que podía resguardar, ahora solo podía arrebatarle aquello que no deseaba; pero si por fin moría, lo haría sabiendo que logró darle su última esperanza de felicidad a alguien que siempre la mereció.
La figura se esforzó para golpear a Harry en el rostro, haciendo que el creador girará el rostro; por un segundo, tuvo esperanza de escapar.
No duró.
Harry explotó en ira y dirigió la llamarada al interior de la figura frente a él, generando un intenso resplandor azul en esté y un grito de dolor resonó en aquella prisión. La oscuridad cayó, completamente descompuesto.
Harry se dio la vuelta, caminando altivamente y regresando a la sala de creaciones en tan solo segundos.
♡
Harry estaba llorando silenciosamente, gruesas lágrimas recorriendo un camino desde sus tristes ojos hasta el filo de su mandíbula. Era diferente, era como estar completamente destrozado ¿Podía sentir el dolor ajeno? Juraba estar sintiendo todo el dolor causado a otras personas.
Era tan difícil de describir, peor que todo lo que pudo sentir antes, y peor que cualquier cosa que pudiera sentir en el futuro.
No lograba mantenerse en pie, cayendo de rodillas mientras se sostenía de uno de los laterales de su trono con la poca fuerza que podía ejercer.
-¡Harry!-exclamó Liam, abriendo la puerta y siendo sorprendido por la imagen que vislumbraron sus ojos.
Liam entró asustado, sintiendo las malas vibras que había en la sala. Se acercó a Harry, asustado al notar su mal estado. Lo abrazó por los hombros y el creador se aferró a sus hombros como si de un niño asustado a media noche se tratase; intentó reconfortarlo al acariciar sus rizos con cariño y suavidad, pero Harry no parecía calmarse, y Liam se preocupaba más a cada segundo que transcurría, notando como la respiración de Harry era entrecortada por sollozos.
-No pu-edo, Li-susurró Harry con dificultad-. No puedo, no qui-quiero ser así.
El arcángel se arrodilló juntó a él, sin romper el abrazo; creyendo que si lo soltaba, Harry terminaría por desmayarse. Harry escondió su rostro en el cuello de Liam, buscando un pequeño refugió en alguien mejor que él. Liam estaría destrozado si algo malo le sucedía a Harry: Era la única persona que había logrado que no se sintiera solo, y se había sentido incomprendido por siglos.
Si perdía a Harry, perdería a la única persona que había ahuyentado su soledad.
-No quiero ser un monstruo-susurró, soltando un fuerte sollozo-. Quiero ser bueno, bu-bueno de ver-dad. No por una manzana, no por algo que hizo alguien más.
El arcángel acarició su espalda, en una demostración de cariño y un intento de consolación.
No funcionó.
-Lo serás, Harry-aseguró Liam. Harry no era capaz de creerle-. Te ayudaré, lo prometo.
Dejó un beso en su cabello y sintió como Harry asentía suavemente.
Michael irrumpió en la sala, con una sonrisa emocionada por algún descubrimiento nuevo, que desapareció en el instante que notó la triste imagen de un amigo destrozado.
-Quítale tu cosa rara de la manzana-le pidió Liam.
Michael lo miró sorprendido y confundido. Negó con la cabeza frenéticamente, temiendo lo que pudiera sucederle a Harry si hacía aquello.
-No puedo, Liam ¿Qué tal si vuelve a ser... como antes?-se negó-. No, no lo haré.
-Harry será una buena persona por merito propio, porque desea serlo-proclamó, ligeramente molesto-. Será bueno porque el se esforzará en serlo, no porque tus inventos raros lo obliguen-Michael lo miró tan sorprendido como ofendido-. Se que no lo hiciste con mala intención, y gracias a eso Harry quiere estar bien-suspiró-, pero debe ser una buena persona por si mismo, o sino nunca vivirá en paz.
Michael comprendió la preocupación del arcángel y suspiró, asintiendo con la cabeza para aceptar su petición.
Se acercó a ambos y posó su mano derecha en la cabeza de Harry con suavidad; el creador se alejó de Liam para ver a Michael con una expresión confundida. Una pequeña luz emergió de la mano de Michael.
Su cabeza comenzó a doler y se alejó bruscamente de Liam. Se levantó, creyendo que eso apaciguaría los martillazos en su cabeza.
Le costaba respirar, se sostenía a los laterales de su trono para evitar caer al suelo. Estaba tan, tan arrepentido, y deseaba no haber hecho todas aquellas cosas que atormentaban su cabeza como recuerdos que aparecían en remolinos, con voces gritando y martillando cada uno de sus sentidos. Diferentes memorias: Cuando expulsó a Louis, cuando le arrebato sus alas, cuando se llevó la vida de su gran amor, todas las cosas malas que había hecho estaban resonando en su cabeza como intensos golpes constantes. Gritos, llanto, dolor y sufrimiento era lo único que podía plasmar en sus recuerdos, remolinos de pensamientos más desoladores que el anterior.
De repente, ya no había nada.
Entonces se desmayó y Liam apenas pudo lograr sostenerlo.
♡◇♡◇♡
¿Cómo se encuentran después de esto?
Yo: Destrozada.
-Prizith.
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Lovers in the Light of Hell ▪ ︎L. S. [En Edición]
Khoa học viễn tưởng[En edición.] Cuando la tierra estuvo completa y Harry tuvo un momento de descanso, entendió que necesitaba compañía en el cielo, pues ni siquiera un Dios es merecedor de soledad. Entonces, creó a Louis, su primer arcángel; alguien con quien podrí...