Lovers in the Light of Hell ▪ ︎L. S. [En Edición]

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Mayo, 2020.

—Los registros de muertes por covid 19 son más altos de lo que alguna pandemia llego a hacerlo. Se ha entrado en un estado de cuarentena mundial para evitar expansión de contagios—pronunció Taylor, leyendo el periódico de Inglaterra. Dejó el papel en la mesa, fastidiada—. Es más de lo que logramos con todas las anteriores.

Louis levantó ambas manos, orgulloso.

—Las pandemias son mi especialidad—presumió.

Zayn giró los ojos, sacudiendo su cigarrillo para quitar los excesos.

—No entiendo como esto afecta a Harry.

Louis rodó los ojos. Taylor asintió, de acuerdo con el pelinegro.

—¿Tienen una mejor idea?—les preguntó Louis, de mala gana. Ambos negaron—¿Lo ven?

Taylor bufó.

—Bien, no tenemos nada mejor—aceptó la rubia—. Pero estas pandemias no afectan a Harry... en nada. Las almas ruedan, van de un cuerpo a otro y la vida simplemente sigue—explicó—; tus pandemias solo me dan tres veces de trabajo extra.

Zayn dio una calada a su cigarro, para después expulsar el humo retenido en sus pulmones.

—La rubia tiene razón—aseguró el traidor.

—¡Si tuvieran mejores ideas, lo haríamos!— afirmó malhumorado—. Pero no las tienen y solo nos queda esperar a que este año funcione la maldita pandemia.

Siglos habían transcurrido desde aquellos días oscuros y ellos seguían sin encontrar una buena venganza. Nada, solo pandemias inútiles que hacían llorar a los humanos. Intentaron también con guerras, pero no sirvieron de mucho ¡Oh, también volcanes, y tsunamis! Ninguno llamaba la suficiente atención de Harry como para hacerlo bajar a la tierra, simplemente resolvía sus asuntos desde arriba.

Y claro, no podían ir al cielo a vengarse. Sería suicidio.

Louis comenzaba a desesperarse.

Si era honesto, tenía ansías de venganza, necesidad de buscar una solución. Todo el pasado lo alentaba a hacerlo ¡Pero no tenía nada! Harry no iba a la tierra, Louis no podía subir al cielo y no se habían visto en más de 2000 años. 7 pandemias y contando, dos guerras mundiales, incendios, maremotos, terremotos ¡Explosiones radioactivas! Y Harry no se dignaba a descender a la tierra ¿Por qué? Louis no tenía ni la menor idea ¿Cómo podía resolver todo desde el cielo? Oh, claro, Michael y Liam ¡Dos jodidos mandilones! Los odiaba.

No sabía que más hacer.

—Ugh, esto es muy difícil—bufó Taylor—¿Qué hay del Apocalipsis?

Claro, aquel suceso del que los humanos tanto habían hablado. La bajada de Dios, aunque estaban seguros de que no sería provocado por Harry.

—Hemos intentado iniciarlo ¡Cuatro veces!—exclamó Louis, molestó—. Siempre hay una cura, una solución y todas esas idioteces—negó con la cabeza, de mal humor—¿Hitler? Se suicido ¿Volcanes? Inactivos. Todo tiene una ridícula solución que el maldito Harry encuentra.

Zayn volvió a calar de su cigarro, asintiendo.

—¿Desde cuando le importan tanto los humanos?—preguntó el traidor, algo confundido.

Taylor negó con la cabeza, encogiéndose de hombros, tan confundida como él.

—Mientras Harry, Liam y Michael estén al mandó y encuentren soluciones, nosotros no tendremos Apocalipsis—aseguró la muerte.