𝔛𝔏𝔙-. 𝔇𝔢𝔰𝔭𝔦𝔞𝔡𝔞𝔡𝔬𝔰.
Si me encerraran en una prisión
Y lo perdieramos todo ahora
Dime, honestamente
¿Me seguirías amando de la misma forma?•
Harry estaba desfalleciendo por el cansancio. Había sido expuesto a demasiado placer y trabajo físico, era demasiado, Louis lo había llevado al límite y no podía estar menos que agotado.
Cayó sobre la cama que Louis había dejado en su celda, que originalmente era una habitación, pero fue organizada para resguardar al creador. En ese momento, estaba encadenado a las barras superiores que sostenían la cama.
Siempre estaba encadenado, no había un solo momento en que no estuviera aprisionado.
No se quejaba, de cualquier forma, Louis se aseguraba de que también estuviera gozando del placer. Estaba... bien, algo, al menos era algo.
-Vas mejorando, Harry.-dijo Louis, levantándose de la cama y abrochando los pantalones de su traje.
Harry había olvidado por completo como se sentía la palabra amor siendo dirigida a él, también olvidó la sensación de besos cálidos en su frente o su nariz, y las suaves caricias en sus mejillas que Louis le proporcionaba cuando lo besaba. Todo eso, fue reemplazado desde que fue aprisionado y Louis lo declaró su esclavo. La palabra amor fue reemplazada por su nombre, los besos cálidos eran bruscos roces de labios que terminaban en algo más, y las caricias en sus mejillas se convirtieron en azotes cuando desobedecía alguna orden.
Lo disfrutaba, claro que disfrutaba cuando Louis irrumpía en su celda para que ambos obtuvieran el placer que continuamente necesitaban. De no tener nada, eso era suficiente para él.
Y creí que merecía ser castigado, ¿Realmente era eso un castigo? Harry no había llegado a una conclusión clara, simplemente creyendo que, al disfrutarlo y darle placer a Louis, era de todo menos un castigo.
-¿Quieres algo?-preguntó el diablo, moviendo su mano para limpiar y vestir a Harry en instantes.
Louis preguntaba eso cada vez que Harry lograba algo. Esa tarde, su logro había sido no hablar durante toda la sesión. Estaba muy orgulloso, se esforzó demasiado.
Algo de amor.
Lo pensó, más no lo dijo. Sabía que no estaba en el derecho de hacerlo, que era algo que no podía pedir y no quería arruinar el perfecto logro.
Sin embargo, Louis escuchó su pensamiento.
Sonrió para si mismo, algo de nostalgia inundando su pecho. Dudaba, claro que lo hacía, la mayoría de las veces que estaba con Harry se estaba preguntando si realmente era eso lo que el creador merecía, si era demasiado, porque Harry no iba a decir sus límites, Louis tenía que saberlos; Harry no iba a decir nada, aún si estaba sufriendo, o si estaba doliendo, o si su pecho estaba ardiendo tanto como la tierra, no importaba, Harry no iba a desobedecer bajo ninguna circunstancia.
El diablo suspiró.
Tal vez Harry se lo merecía.
Se había esforzado bastante, durante las dos semanas en las que eso se convirtió en su rutina, Harry se había esforzado en ser todo lo que se le pedía. Un poco de amor no le haría daño a ninguno.
A pesar de que Louis se prometió no caer ante su falsa bondad de nuevo.
Se acercó hasta la cama, sentándose en el borde de esta. Harry tenía los ojos cerrados, descansando al mismo tiempo que pensaba que podía pedirle a Louis; sus manos hacía arriba, gracias a las cadenas. Louis no pudo evitar sonreír. Se agachó cerca de su rostro, viendo los mechones extendidos sobre la blanca sabana de la cama; acercó su mano hasta el rostro de Harry, acariciando su mejilla con suavidad.
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Lovers in the Light of Hell ▪ ︎L. S. [En Edición]
Khoa học viễn tưởng[En edición.] Cuando la tierra estuvo completa y Harry tuvo un momento de descanso, entendió que necesitaba compañía en el cielo, pues ni siquiera un Dios es merecedor de soledad. Entonces, creó a Louis, su primer arcángel; alguien con quien podrí...