LOS OJOS DE PLUTARCH SE FIJARON en los míos, sabiendo que era mala idea lo que él proponía, sin embargo, no teníamos alternativa más que seguir adelante si no queríamos levantar sospecha. Kenneth a mi lado es el más reacio a aceptar la idea y, por supuesto, a nadie le interesa porque no tenemos más opciones viables. Sé que le preocupa lo que me pase si doy un paso en falso, pero él mismo había dicho que teníamos que sobrevivir, eso haríamos, incluso fuese difícil.
Johanna es la primera en aceptar, como si hubiese algo así todos los días, además, ya estaba harta de estas juntas escondidas y que terminaban con alguno de nosotros enfadado a más no poder. Usualmente Kenneth y Finnick. Yo no veía la complicación, pero sé que tendría una larga charla después de todo. Ahora más que nunca creía que se podía lograr un cambio, que podíamos intentarlo o morir siguiendo los ideales implantados desde hace tantos años. Era un todo o nada.
— ¿Te estás dando cuenta de lo que dices? — Pregunta Kenneth, frunciendo el ceño —. ¡La quieres poner en peligro!
— No necesariamente.
— ¡Lo es! ¿Qué tal si la descubren? ¡La matarían!
— Y moriría sabiendo que lo intenté — respondo. Me cruzo de piernas y observó la mesita que tenemos frente —. Yo correré el riesgo, no le veo el problema, Kenneth.
— ¡Nunca lo ves!
— Primero, no me grites — frunzo el ceño —. Segundo, es mi decisión, no tuya, y he decidido que quiero hacerlo, ¿qué puedo perder ahora?
— ¿Tu vida? — Dice Finnick con sarcasmo.
— No es como que valga mucho.
Johanna ríe. — Deberían saber que cuando se le mete una idea en la cabeza, nadie se la puede quitar. ¿No es lo que me advirtieron cuando nos conocimos? — dice con sorna —. Yo apoyo a la Sirena. Es un plan tan descabellado como ella, no me sorprende, no le veo mayor complicación.
— No es necesario si no quieres — Advierte Plutarch —. Podemos encontrar otras formas de hacerlo.
— Sabes que nadie más lo haría — ruedo los ojos —. Sé manipular gente, sobre todo, a los hombres. Y más aún, a los que tienen relación directa con el Presidente. He logrado mucha información para ustedes, he hecho muchas cosas. No me van a atrapar ahora.
— Pero es el tercer vigilante jefe que desaparecería desde que llegaste — Blight dice duramente —. Comenzará a ser sospechoso.
— Coincidencias.
— No son coincidencia, y lo sabes — sonríe de lado —. El presidente los hace desaparecer cada vez que cree que te dan demasiada libertad.
Me encojo de hombros. — Entonces que pase por otro accidente. Puedo hacer que Plutarch ingrese a los postulantes jefe, sólo... necesito que confíen en mí.
— No, es arriesgado — Kenneth insiste —. Has tenido suerte que cada persona que te ha podido vincular a los ascensos de Plutarch ha desaparecido, pero no contarás con esa suerte siempre.
— Déjame tentar al destino a mí, yo me encargo.
— Es mejor concluir la reunión aquí. La próxima vez que nos veamos deben tener un plan de contingencia — Plutarch explica, guardando los escritos con rapidez —. Tenemos más personas, sólo tengan paciencia.
— Vienes diciendo eso desde hace mucho tiempo — Blight explica con sorna —. Yo estoy empezando a creer que el plan de la Sirena es mejor: atacar.
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III. Opresión ━ Finnick Odair
FanfictionSelene Ravenscroft: la sirena del Capitolio... o la sirena rebelde, según el lado de la historia que deseen saber. Antes de siquiera obtener el apodo o formar parte de la revolución, era una simple chica con el deseo de mantener su burbuja de famili...