NADO BAJO EL AGUA CASI CONGELADA POR UN BUEN tramo, hasta que mis piernas pueden tocar superficie y comienzo a caminar quitando el agua de mi rostro y sin mirar atrás, porque tenía la impresión de que, si miraba, entonces podría romper en llanto. El frío me calaba los huesos y estaba completamente temblando, pero logré salir del lago con un tributo menos del que deshacerse. Estaba a tres personas de volver a abrazar a Tommy y a mis padres, de volver a ver a Magnus y tener una vida relativamente normal. Casi estaba saboreando los bizcochos de cacao que mamá preparaba cuando quería que nos sintiéramos más queridos en casa. Casi podía escuchar los chillidos de alegría.
Ni siquiera me di vuelta cuando el aerodeslizador se hizo presente. Preferí seguir avanzando, con los brazos alrededor de mi cuerpo y con los dientes castañeando entre sí; ya ni siquiera podía sentir mi propio cuerpo o extremidades, todo estaba completamente frío. Caminar suponía un gran esfuerzo de mi parte, ni siquiera podía hacerlo bien, pero pude llegar a la especie de campamento que me había hecho. No me quedaba más opción que quitarme la polera manga larga que poseía, porque no podía arriesgarme a un resfriado ahora, entonces la quité. Quedé solo en mi sostén deportivo y me acerqué al lugar en el que dejé mis cosas.
Sin embargo, un respingo di cuando veo a Seth ahí.
Él sostiene mi mochila y mi cuchillo entre sus cosas, y tiene el ceño fruncido, observando todo lo que encontró, pero su mirada se levanta al sentir mi presencia y lo veo aún más confundido que antes. Trago con fuerza, abrazándome a mí misma, cubriendo lo que más puedo con mis brazos mi desnudo torso, pero a él ni siquiera le importa, está armado con una lanza y un cuchillo aparte. Se ve realmente herido, no sé qué habrá ocurrido antes de encontrarme, pero no va a morir de heridas. Sin armas es difícil enfrentarme a Seth, así que me quedo en mí mismo puesto intentando leer sus siguientes acciones.
— Estás viva — confirma y deja salir una risa seca —. Cuando no te vi en las proyecciones, no podía creerme que aún pudieses mantenerte. Demasiada suerte, pensé, pero no creo que haya sido sólo suerte, ¿verdad?
— ¿Qué quieres?
— Sí que has tenido patrocinadores — Mira los dos paracaídas fuera de la mochila, vacíos —. ¿Por qué?
— No lo sé.
— Sí, sí lo sabes — contesta firme. Enfado y consternación veo en su rostro —. ¿Quién demonios eres, Ravenscroft?
Respiro hondo. — Un rostro entre miles de personas solamente, nadie especial.
— No sigas mintiendo — Su lanza me apunta.
Arroja la mochila al suelo con rabia, sin embargo, en vez de prestarme atención a mí, prestó atención al sonido sordo que provocó el paracaídas contra el suelo y me mira confuso. Toma nuevamente la mochila y con curiosidad la abre, encontrando el agua y la comida ahí, está lista para que él se alimente. Deja de lado su lanza, su cuchillo y veo el hambre aparecer frente a sus ojos. Está por abrir la botella, estoy a un segundo de quedar con dos personas más a las que matar, a un segundo de estar más cerca de casa a salvo; pero no puedo.
Magnus.
Corro con todo lo que me permite el cuerpo, le grito que no toque nada de ahí y logro derribarlo con mi propio cuerpo, provocando que ambos terminemos en el suelo llenos de nieve, conmigo encima de él. Mi respiración está acelerada y Seth me quita de inmediato de encima, incluso creo que me va a atacar, pero sólo se levanta del suelo y me mira confundido por mi acto y mi desesperada actitud, que no cuadra con nada de lo que él pueda imaginar, porque no hay forma en la que pueda averiguar lo que estuvo a punto de pasar.
ESTÁS LEYENDO
III. Opresión ━ Finnick Odair
FanfictionSelene Ravenscroft: la sirena del Capitolio... o la sirena rebelde, según el lado de la historia que deseen saber. Antes de siquiera obtener el apodo o formar parte de la revolución, era una simple chica con el deseo de mantener su burbuja de famili...