Capítulo 9: Hermano

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«Todo está marchando tal como lo planeé». En un par de meses, Lelouch se había hecho con un alto prestigio, se había presentado ante la familia Britannia y había logrado meterse en el bolsillo a su joven heredera, se había granjeado la admiración y el respaldo de los ciudadanos como Zero, había conseguido que Kallen trabajara para él —eso sí, todavía no formaba parte de su plan; antes, tenía que demostrar de qué madera estaba hecha— y pronto su primer blanco iba a caer en sus garras. Si eso no era un buen principio, ¿qué otra cosa lo era?

El juicio contra el Dr. Asprius iniciaría hoy y ya estaba preparándose para acudir. Lelouch se metió en el chorro del agua. Este se deshizo en millones de gotas que salpicaron por doquier. Elevó la cabeza y se cubrió la cara con sus manos. Se apartó un poco dejando que la lluvia vivificante se regara por su blanco pecho lampiño. El agua aspó sus brazos y piernas. «La fortuna está de mi lado». El pensamiento le dibujó una sonrisa en los labios porque más que una idea era una realidad. Adoraba cuando la realidad se adaptaba a su manera. Lelouch se dio la media vuelta. El agua y la espuma descendieron paulatinamente por su espalda. Terminada la ducha y secándose el pelo húmedo con un paño, se fue a su dormitorio. Su cuerpo brillaba por la mojadura. Abrió su enorme closet donde tenía toda su ropa organizada. Escogió una camisa blanca y un traje negro. Abrió el cajón en el que guardaba sus corbatas. Casi todas eran de tonalidades violeta con distintos grados de saturación. Cogió una de color borgoña. Se vistió y salió en dirección al tribunal.

La sala estaba más o menos repleta. Tomando en cuenta que el occiso era una figura pública, le pareció normal. Se sentó en el segundo banco. Quería estar cerca relativamente de la parte demandada, para estudiar las reacciones del preso y para que este lo observara. No pretendía ocultarse. Su propósito se cumplió de forma instantánea. Los ojos del Dr. Asprius aterrizaron sobre él, mientras se dirigía hacia donde estaba el abogado Gottwald. Lelouch le sonrió y lo saludó alegremente con la mano. El hombre rehuyó a su mirada con brusquedad. Comparecieron los fiscales y, más adelante, el juez. Y este dio comienzo al juicio.

El fiscal Weinberg se puso de pie, indicó bajo qué cargo lo estaban imputando y pasó a narrar los sucesos. El acusado visitó a la víctima, lo mató golpeándolo con un jarrón apenas este le dio la espalda, se fue, compró gasolina, volvió al lugar, incendió la casa y raptó el cuerpo. La autopsia reveló que la causa de la muerte fue un fuerte traumatismo en su cabeza. La primera evidencia fue una huella de zapato, descubierta en el césped de la casa de la víctima, que coincidía con el que llevaba el doctor esa noche. Las siguientes fueron la gasolina que estaba en el maletero de su auto y el recibo que subrayaba que efectuó la compra media hora antes del incendio. La evidencia más contundente fue el arma homicida: el jarrón, ahora roto.

—En este jarrón —indicó Gino sosteniendo una bolsa de plástico que contenía los pedazos— fueron encontradas las huellas digitales del Sr. Asprius y la sangre de la víctima.

El desempeño de la defensa había sido flojo, rayando en lo mediocre. El abogado no refutó ninguna de las evidencias entregadas por la fiscalía cuando tan fácil pudo alegar, por ejemplo, que no necesariamente la gasolina comprada fue empleada para ese fin. Su desidia solo podía explicarse de dos modos: era un abogado pésimo (lo cual desdeciría su reputación) o lo hacía aposta (siendo él, Lelouch se hubiera esforzado un poco más interpretando su papel). El gesto desencajado del Dr. Asprius evidenciaba la falta de comunicación entre él y su abogado.

—Primero, había una huella del zapato del acusado que, según su frescura, lo ubica en la hora; segundo, un recibo de compra de gasolina que, por cierto, estaba en la cajuela de su auto abandonado a tres calles del norte y, tercero, las huellas del acusado y la sangre de la víctima en el arma homicida —enumeró la fiscal Alstreim—. Cada evidencia apunta al hecho de que Bartley Asprius cometió este asesinato.

Code Geass: BloodlinesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora