47. [azúcar, papi] II

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Este capítulo puede causar ansiedad a algunos públicos.

⚠️ Contenido sensible ⚠️

️ Violencia verbal, física y psicológica

Señor Kim

Sábado, 18:30

Habíamos llegado una hora y media antes. Tenía que prepararlo todo (Areum incluida) para la función de las 20:00.

-Muñeca, ven aquí -dejé caer las bolsas de mano al suelo, y tiré de la escuálida mano aferrada a la mía, atrayéndola a mi pecho para darle órdenes. Rocé su mejilla con la punta de la nariz, sintiendo el calor de su apagada piel-. ¿Areum?

-¿Sí?

Había dejado de hablar desde la noche de ayer. Durmió en el sofá, lejos de mí y encogida del miedo; y durante las dos veces que fui a verla, a hablar con ella, a acariciarle el pelo, se quedó petrificada.

Ya no hablaba sin que antes yo le dirigiera la palabra, ni soltaba mi mano cuando caminábamos juntos. Y apenas se oponía con resistencia.

Y de no estar tan asustada de mí, se parecería a Soyeon

-¿Por qué no me esperas en la cama? Todavía tengo que coger los juguetes -retiré la venda de sus ojos, y tardó unos segundos en acostumbrarse a la luz. Me acerqué dulcemente para probar sus labios, pero casualmente se puso de puntillas en ese momento.

Inspeccionó el lugar por encima de mis hombros, y posé ambas manos en su cintura para que no se despegara de mí.

Las paredes de la "habitación" insonorizada eran de cristal, y la había amueblado de forma minimalista pero acogedora: una cama de matrimonio aguardaba ser estrenada por nosotros, y una mesita de noche reposaba a la derecha, con condones y lubricante en sus cajones.

Y frente a los pies de la mullida cama, a modo de cuarta pared, caía una gruesa tela roja de telón que más tarde desaparecería.

-¿Dónde estamos? -inquirió, con ojos propios de niña curiosa e inocente. Escondí la cara en la curva pronunciada de su cuello, calmado pero a la vez estresado de que rehuyera mis caricias, de que estuviera siendo tan esquiva.

¿Por qué no me dejaba besar algo tan bonito como lo era ella?, ¿no se daba cuenta de que me hacía daño?

Me estaba cansando de clavarme las espinas de la rosa...

-Te puedo encadenar en un sótano oscuro si quieres -le recordé de forma tétrica. Sentí la lenta y precavida respiración de su caja torácica bajo mis manos-. Estoy seguro de que no te importaría, según tú, cualquier maltrato es mejor que estar conmigo, ¿no? -cité sus palabras con rencor y odio, clavando los dedos en su carne.

-Deberías ponerte en mis zapatos -arqueó su espalda para separarse de mí, como si le diera asco-. ¿Cómo crees que me siento al saber que no estoy segura? -el labio inferior le tembló, y me felicité mentalmente por haberle delineado los labios con maquillaje. Estaban mucho más provocadores y llenos que antes, y lamí los míos con deseo-. No sé cómo vas a reaccionar ni lo que va a pasar después -arrugó mi camisa entre sus manos cuando vio que no le estaba prestando atención-. Señor Kim, ¿cómo sé que no me va a hacer daño?

-No lo sabrás. Por eso tienes que confiar en mí -le solté con sequedad, haciendo que perdiera el equilibrio-. Te he dejado ropa en la cama, cámbiate, estás demasiado cubierta y no me gusta.

Sugar, daddy ; kth, jjk [+18] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora