Areum
-¿Q-Qué?, ¿más?
-He captado el momento exacto en el que Jeon te miraba el culo en educación física, y también cuando estaba babeando con tu cereza -Kim sonrió satisfecho, y la actitud nerviosa de Jungkook de esta mañana comenzaba a cobrar sentido.
-¿Y yo qué quiere que haga, Señor Kim? -mi voz sonó violenta, cansada de sucumbir a sus constantes humillaciones-. No puedo hacer nada respecto a eso.
No me había dado cuenta de que Jungkook me veía de esa manera. Sí, sabía que le gustaba, pero mi mente no podía relacionar su aparente inocencia con hormonas adolescentes.
-No quiero que hagas nada, me da satisfacción ver cómo el manzanita cava su propia tumba -dio un apretón fuerte antes de soltarme la mandíbula bruscamente, y caí al suelo, con las rodillas de lado-. Tengo algo para ti, y es más difícil de quemar que el pañuelo.
Hice el amago de levantarme del suelo, pero presionó mi cabeza hacia abajo cuando volvió.
-¿Qué pasa? -seguía sintiéndome incómoda mirándole desde abajo, tenía una parte concreta de su cuerpo demasiado cerca para mi gusto.
Tenía una alargada caja negra en la mano, y me asusté cuando no me respondió y se apoyó sobre su rodilla a mi altura.
-¿S-Señor Kim...?
-Esto es para ti -me tendió la caja, y cuando mis dedos la alcanzaron pude comprobar que apenas pesaba. Había una inscripción minimalista en una esquina. Swarovski.
No me atrevía a abrirlo, y creo que el desgraciado estaba sonriendo por el temblor de mis manos. Aborrecía que su sonrisa altanera estuviera tan cerca de mí.
-No tengo todo el día, cielo -presionó la lengua contra el carrillo entretenido, y decidí arruinarle la diversión actuando.
Levanté la tapa y unos reflejos me dejaron ciega por microsegundos. Cambié el ángulo para que la luz no diera en el objeto, y fruncí el ceño con el collar de cristales frente a mis narices.
Era precioso y delicado, pero no me daba buena espina viniendo de Kim Taehyung. ¿Acaso era un regalo?
Suspiró cansado antes de quitarme la caja de las manos, y el choker cayó como una cascada sobre sus dedos. Había un pequeño charm con forma de corazón colgando del centro, y sentí un escalofrío cuando sus ojos dejaron de apreciar el minucioso trabajo de joyería para mirarme a mí.
Volvía a tener la mirada oscura.
-Aparta el pelo -señaló el mencionado con la cabeza, y despegué las manos de la falda para hacerme una coleta.
-Mis iniciales están inscritas, para que no te olvides de mí -me guiñó un ojo, y tuve que desviar la mirada al pequeño corazón cuando sentí mi cara caliente.
Joder, ¿pero qué me pasaba?
Inconscientemente me tensé cuando me rodeó para abrochar el collar desde atrás, y el charm de plata cayó contra mi garganta.
Ya tenía un collar suyo, oficialmente podía considerarme un perro.
Solo se escucharon sus pasos alejarse en los siguientes segundos, y giré la cabeza lentamente hacia atrás, una imagen tétrica devolviéndome la mirada.
Estaba sentado en su butaca, sus brazos en el reposabrazos y sus piernas abiertas mientras me miraba en silencio, una sonrisa siniestra rompiendo su expresión.
-¿Señor Kim...? -la falda se arrugó entre mis dedos pálidos, y sentí malestar en el estómago de los nervios.
-Pequeña, ven aquí -se inclinó sobre sus rodillas, entrelazando sus dedos anillados a la vez que se relamía los labios.
ESTÁS LEYENDO
Sugar, daddy ; kth, jjk [+18] COMPLETA
Hayran KurguUna colaboración hará que Areum caiga en manos del Señor Kim, un narcisista que disfruta corrompiendo personalidades débiles y llevándolas a su mundo sádico. Areum aprenderá que las rosas más bellas también poseen las espinas más dañinas y difícil d...