37. [a escondidas]

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Buenas noches🌌❣️

Jungkook

La distancia entre el sofá y la butaca no era tanta, pero parecía un abismo en nuestra delicada situación.

-¿Quieres té? -se inclinó educadamente con la tetera de porcelana fina, incapaz de mirarme por más de dos segundos. Quería un abrazo suyo, un beso, un poco de antigua confianza; no té.

La educación democrática no hubiera sido tan fría y distante de no ser por la tensión que había entre nosotros, pero no le podía culpar.

-Por favor -le acerqué la taza, y jugándomelo todo, estiré los dedos hacia su contacto, acariciando la piel de su muñeca violácea. Su piel estaba tan suave y cálida como la recordaba, y quería abrazar su frágil figura para no soltarla nunca más, para prometerlo esta vez-. ¿Qué te ha pasado en la mejilla?

Señalé el apósito con la innecesaria inscripción de Gucci, preocupado por si se habría caído o herido. Tenía tantos nuevos moratones que no podía evitar pensar que lo de la mejilla también se lo había hecho Kim anoche.

Le partiría la puta cara si le había tocado la cara a Areum

Y ella...tenía todas las papeletas para pasar desapercibida por una víctima de una relación abusiva.

Pero entendía su demacre, entendía que a base de castigos de enfermo mental y sexual, Kim le hubiese arrebatado su carácter original y suplantado por otra personalidad dócil y quebradiza.

-Me corté mientras troceaba verduras, nada más -me convencí por creerla, ignorando que rehuyó mi mirada. Cuando cerré los dedos en su muñeca, dio un salto nervioso en el sofá que derramó el té en la mesa-. Oh, perdona...

Joder, se había puesto nerviosa por mi culpa. Se apresuró a levantarse y coger un trapo, sus hombros encogidos como si esperara una reprimenda.

¿De qué forma le intimidaba Kim para que tuviera este tipo de secuelas?

-Espera -me senté a su lado en el sofá, arrebatándole el trapo de su mano. Ignoré lo rígida que se había puesto a pesar de que guardé la distancia con ella-, déjamelo a mí.

Aunque me muriera por tenerla físicamente contra mí, ahora no podía ser egoísta. Debía esperar a que fuese ella la que quisiera desahogo emocional, consuelo, un abrazo; que me dijera de todo si eso le hacía sentirse mejor, me daba igual.

Pero prefería mil veces sus gritos a su silencio; necesitaba oírle

-Toma, para ti -rellené su tacita y se la tendí, aceptando que no quiso rozarme los dedos como yo había hecho antes. Y cómo deseé volver al punto tan pacífico en el que alguna vez estuvimos...

-No sé por qué estoy tan torpe, he estado durmiendo casi todo el día... -se animó a hablar. Era la gente que padecía depresión la propensa a dormir demasiado, y mi alarma interior no bajó la guardia con Areum.

No era un profesional, pero calculaba que le quedarían secuelas de estrés postraumático, algo de ansiedad en el terreno sexual y un grave menosprecio de autoestima.

Le acompañaría al psicólogo si ella me lo permitía.

-Bueno, un día entero de descanso nunca viene mal, ¿no crees? -tras probar el amargo líquido, abandoné la taza en la mesa, aguantando mi cara de disgusto con el asqueroso té y centrándome en ella.

-Ayer...estuve con él -miró la tacita reposada en su regazo, evitando mi mirada por tercera vez porque sabía que me iba a tensar.

Parecía que ya no podía estar con Areum sin tener una parte parasitaria de Kim también

Sugar, daddy ; kth, jjk [+18] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora