45. [la pócima del príncipe]

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Jin

-¡¿Se puede saber dónde estás, mariconazo?! La única noche que vas a conocer a tu suegra...¡¿y llegas tarde?!

-Ya estoy llegando, ha habido un atasco en la salida hacia la mansión -los estruendosos claxon de fondo corroboraron su excusa, y suspiré para calmarme. Como alternativa a beber o fumar, yo prefería usar el humor para calmarme, pero esta noche no estaba funcionando-. Oye, Seokjinie -Namjoon se acercó al micrófono de su teléfono, ya que le oí más serio e íntimo-, estoy seguro de que lo harás lo mejor que puedas. No soy rico como el 99 % de la aristocracia que estará en esa fiesta, pero si estoy a tu lado no me hace falta dinero para brillar.

Dios...y yo le había llamado mariconazo como cumplido

La humildad de Namjoon era algo que no era común entre mi habitual círculo de gente influyente, pero eso solo era un tesoro más de su personalidad.

-Tengo ganas de verte... -confesé, tapando mi boca con la mano y otorgando privacidad a la conversación lejos de los paparazzi-, y quiero presentarte a mis amigos...

-En cinco minutos estoy ahí, ¿vale?

Colgué a la espera de mi salvador, y aproveché para estudiar la mansión de estilo francés desde fuera.

Se encontraba en las afueras de Seúl debido al tamaño de sus jardines, y hoy se había alquilado para todos los peces gordos que asistirían; entre ellos, yo. Todas las empresas coreanas que habían aportado un excelente PIB al país durante el último año estaban aquí reunidas esta noche.

Las empresas se resumían en pocas categorías: tecnología, belleza y cuidado de la piel, bebida, y por supuesto, kpop. La mansión rebosaba de herederos y famosos, y parecía la perfecta noche para un asesinato histórico y dramático.

Me mordí las uñas con impaciencia, esperando a mi amigo y novio. Jungkook seguramente estaría comiéndole la boca a su chica en algún rincón recóndito, pero no tardarían en aparecer. Me había prometido apoyarme con lo de Namjoon.

Hoy iba a salir del armario frente a mi madre, frente a la prensa y frente a la élite de Corea. ¿Y por qué precisamente hoy, os preguntaréis? Bueno, eran contadas las ocasiones en las que mi madre y mis antiguos amigos coincidían. Taehyung y Hoseok tenían el respeto de ella, lo que era un punto a mi favor.

"¿Sabe tu madre que eres maricón? Seguro que no le hace mucha gracia, a lo mejor te deshereda... Sería una pena si se enterase, ¿no crees, Jin?"

Taehyung ya me había hecho chantaje cuando extravié las fotos de Areum, así que iba a decírselo yo mismo a mi madre. Estaba cansado de esconderme.

-Eh, mariconazo -olvidé a la gente importante que subía las escaleras con sus ostentosos trajes, y me giré con el ánimo reparado hacia Namjoon, quien miraba de un famoso a otro-. ¿No hay demasiada gente? Pensaba que iba a ser algo m... -me lancé a sus gruesos brazos sin dejarle acabar, y le estreché en un abrazo-. Yo también tenía ganas de verte, Jin.

Durante unos segundos, me permití relajarme con su perfume a tierra y a libros, y apreté la mejilla contra los pectorales que se marcaban bajo el jersey de cuello alto; esos mismos que arañé hace apenas unas noches.

-¿Estás nervioso hasta la médula, verdad?

Suspiré para volver a la realidad, y me crucé de brazos sobre el traje blanco, como si no quisiera irme con Nam a una habitación remota y olvidarme de todo y de todos.

-Pues sí -saqué un mini espero plegable del bolsillo interior de la chaqueta y miré mi maquillaje-, me he quedado toda la tarde haciéndome este puto circo en la cara solo para distraerme de los nervios -revisé la sombra de ojos y el eyeliner con bolitas individuales de perlas. Tal vez era demasiado afeminado-. Y el mariconazo de Jungkook todavía no aparece...

Sugar, daddy ; kth, jjk [+18] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora