20. [el príncipe mata al dragón]

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Areum

En vez de ir de fiesta, estaba haciendo deberes en la biblioteca.

Mi cerebro se saltó los siguientes días de la semana y olvidó el miércoles como necesidad terapéutica, y aterrizó de golpe en el viernes.

No me había dejado marcas físicas, pero no quería saber nada de él. Incluso me había quitado su puto collar y lo había sustituido por la dulce plata de Kook.

No había hecho nada con el Señor Kim a parte de tocamientos por debajo de la falda que no me transmitían nada de paz; porque sí, había vuelto a llevar el uniforme de clase para que no me castigara.

Se me había curado la piel, ya no tenía ningún moratón suyo y estaba feliz. Feliz porque había rechazado salir con él esta noche, ya me hizo suficiente daño hace una semana en el hotel.

No lo quería repetir

-Todavía puedo hacer que nos metan en la lista del club -el susurro grave de Jungkook acarició mi oreja de forma exótica, la biblioteca en un pacífico silencio que nos daba intimidad.

-Hoy no me apetece salir de fiesta, Kook -desvié la cara de mis apuntes, y me puse un poco nerviosa al ver lo cerca que mi mejor amigo estaba, notaba hasta su respiración-. La semana que viene, te lo prometo.

Asintió en silencio antes de volver a estudiar, y se quedó mirándome durante unos segundos en los que no supe cómo actuar.

Abrí el termo que me había traído y bebí hasta que el líquido amargo me hizo arrugar la cara sutilmente, mis sentidos difuminándose de la consciencia.

Jungkook

Me desconcentraba cada vez que Areum bebía, y a parte de que parecía muy sedienta, no parecía agua o café.

Olía a alcohol, y esperaba que lo hubiese mezclado con algo más porque me estaba preocupando lo mucho que estaba bebiendo.

-Te van a entrar ganas de ir al baño -aparté el recipiente de su alcance cuando fue a cogerlo, y los reflejos lentos de su mano me confirmaron que estaba ebria.

Joder

No lo desmintió ni se esforzó en aparentar sobriedad, sino que apoyó la mejilla en mi hombro. Me extrañó que se comportase tan dócil.

-¿Por qué estás bebiendo en la biblioteca? -rodeé sus hombros de forma protectora, protegiéndonos de las miradas de algunos envidiosos. Mi susurro había rozado su pelo, su comportamiento callado inusualmente extraño.

Se acercó de forma alarmante a mi cara, y sin previo aviso besó mi mejilla.

-Eres muy guapo, Jungkook -apretó mi brazo de una forma que me hizo sentir de puta madre, y justo cuando pensaba devolverle el beso se apartó.

Hizo una maniobra para esconder la cara en mi pecho, y le miré desde arriba con la boca entreabierta, mi corazón sin poder negarle el contacto.

-Creo que estoy un poco desanimada.

¿Un poco? Llevaba así cerca de un mes

-¿Por qué? -me agaché a su frente, buscando su confianza con el acercamiento. Sus pestañas largas estaban en su máximo esplendor al tener la mirada gacha, pero no quería verlas si sus ojos estaban así de tristes. No valía la pena-. Ari.

Cubrí su mejilla con toda mi mano, incitándola a hablar contra mi camiseta. Pero la única respuesta que me dio fue fue cogerme la mano y llevarla a su pecho, y en un principio no comprendí qué pretendía.

No hasta que me hizo coger el familiar corazón del collar entre los dedos. Envolvió su mano alrededor de la mía, el pequeño corazón perdido entre nuestros dedos.

Sugar, daddy ; kth, jjk [+18] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora