25. [hipertensión]

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❣️Mi regalo de Reyes❣️

Jueves

Areum

Jungkook me esperaba en la entrada del colegio ya con el chándal de educación física, y se me formó una sonrisa inmediata al ver la suya.

-¡Vamos, Ari! Queda media hora y todavía te tienes que cambiar -dejó un brazo extendido en el aire, y me acomodé bajo él con una sonrisa.

Me hacía olvidar que había estado llorando toda la noche, las tres míseras horas que había dormido, y que seguía en el contrato con el Señor Kim.

Jungkook me alegraba las mañanas y la vida

-Lo dices como si tardara tanto en vestirme -alcé la cabeza para mirarle, mirando los lunares que adornaban su mandíbula mientras nos guiaba al pabellón de deportes sin ningún parón.

-Mira que eres tonta... -me apretó a su pectoral derecho, y sonreí como una verdadera estúpida-. Venga, te espero fuera.

Todavía no había ninguna chica debido a lo pronto que era, y me despojé del uniforme para cambiarlo por el otro deportivo disfrutando del silencio.

El cuello de la camiseta se enganchó con el collar, pero lo ignoré para no ponerme a llorar aquí. Ocupaba una buena parte de mi cuello y el negro era muy visible, pero intenté sobrellevarlo con la poca dignidad que me quedaba.

No sabía qué era peor, si sus chupetones o el collar.

Tenía pensado cómo pasar los veinticinco minutos antes de clase con mi mejor amigo.

Me hice una coleta floja en el espejo de la entrada del vestuario, y vi la mirada silenciosa de Jungkook recorrer un punto más abajo de mi espalda.

Se había portado con tanto respeto desde el sábado en su sofá que me sentía increíblemente cómoda. No me había presionado a hablar de nuestra ahora extraña relación ni a forzar etiquetas, pero veía cómo se aguantaba las ganas de pedirme explicaciones o un beso.

Y ayer me comí cerezas de forma bastante sugestiva frente a él...Jungkook era un bombón de chico, se merecía la misma miel que me daba

-Estás muy callado -apoyé la espalda en el lavabo, e incliné la cabeza a un lado al ver sus mejillas coloradas.

Estos últimos días se estaba dejando el pelo ligeramente abierto, y me encantaba ver lo atractivo y masculino que se veía con sus preciosas cejas marrones expuestas.

-Tú estás muy guapa... -se apoyó en el marco de la puerta con una sonrisa nerviosa, y a pesar de sentir una sensación cálida en el pecho al oír el cumplido, no supe qué responderle.

-Ven -me acerqué a él y extendí la mano, y me la tendió confundido. Le guié cuatro pasos a uno de los cubículos que había a la entrada, pero frenó en seco.

-Ari, esto es el vestuario de chicas -tiró un poco de mi mano al querer salir al pasillo exterior, pero le toqué suavemente los hombros y me acerqué a su cara hasta que se quedó mudo de tenerme tan cerca.

-Ven conmigo por fa, te quiero contar un secreto -le sonreí inocentemente, y su marcada nuez se movió al tragar duro. Di un tirón nuevo hacia un cubículo, y esta vez Jungkook no opuso resistencia.

-¿Tan secreto es? -no lucía cómodo estando en el vestuario del sexo opuesto, y antes de que se pusiera nervioso cerré la puerta detrás de mí.

El espacio era reducido: sus talones daban contra el retrete y mi espalda contra la puerta. Tenía las manos a los lados de su cuerpo y movía los dedos más nervioso que antes, treinta centímetros de distancia entre cada uno de nosotros.

Sugar, daddy ; kth, jjk [+18] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora