Sugar, daddy ; kth, jjk [+18] COMPLETA

27. [emergencia en los baños]

Algunas estáis comprendiendo el título de la historia ahora (〒﹏〒)

Viernes

Areum

-Joder... -apagué la alarma sin ser consciente de dónde estaba. Recorrí la estancia con los ojos detenidamente, y fruncí el ceño al ver mis tacones en el suelo.

-Buenos días, Areum -alguien susurró literalmente en mi nuca, y un brazo ligeramente bronceado me rodeó el cuello para volver a tumbarme.

-Oh...Señor Kim...buenos días -aparté su brazo educadamente, cubriéndome el pecho con las sábanas debido al repentino pudor. Su sonrisa burlona me saludó a primera hora de la mañana, y tenía el pelo despeinado y rizado, un amago muy leve de bigote incipiente sobre su labio. Estaba tan follable como siempre-. ¿Me va a llevar al colegio?

-¿Cuántas veces te he dicho que no repito las cosas? -cogió mi mandíbula de forma extrañamente tierna para acercarme a él, y desde aquí hasta sus mínimos poros parecían esculpidos con precisión y gracia.

Asentí con su mentón en la frente, y me atreví a acariciar su brazo desnudo. Él me masajeó el pelo, y cerré los ojos respirando su perfume natural.

-Anoche me lo pasé muy bien -susurré-, gracias por no ser un hijo de puta conmigo.

Me despeinó un poco al reírse, y acto seguido sugirió arreglarnos. Me vestí con rapidez, sin poder usar las bragas sucias y con los tacones en la mano.

-Ven aquí, Areum -su dedo índice me hizo un gesto para que me acercase a él, y suspiré para mis adentros al ver lo que tenía en la otra mano. Apartó mi pelo para colocar el grueso collar, y la molestia duraría hasta que mi cuello se volviese a acostumbrar-. Solo es un recordatorio para que siempre seas una buena chica, no solo fuera del despacho.

Me acunó la cara con tanto cuidado y regalándome tanta atención visual que me lo creí.

-Pero no quiero llevarlo siempre... -bajé la mirada al suelo cuando me sentí al borde de otro colapso emocional. Me hizo mirarle antes de continuar.

-Estoy seguro de que has aguantado cosas peores que el collar -sus pulgares frotaron mis mejillas en un intento de relajarme-, el contrato es un ejemplo de ello.

-Pero no es funcional, Señor Kim -las lágrimas se comenzaron a acumular en mis ojos-, me oprime en el día a día, y en el colegio me sancionan por incumplir las normas de vestimenta.

No era verdad, pero estaba siendo muy buena actriz

-¿Te sancionan por eso pero no por comerle la boca a Jeon en los baños de chicas? Sospechoso -apretó mis mejillas en un juego malicioso, sus ojos otoñales avispados con mi mentira-. Coge la chaqueta y nos vamos.

Pero no quería llevar el collar más

También sabía que si le hacía enfadar me lo dejaría puesto más tiempo.

Antes de que se apartara de mí le cogí la mano, y enredé los dedos con los suyos para atraer su atención.

-Señor Kim, por favor -le puse ojitos de cordero para que escuchase mi plegaria, y contuvo la sonrisa debido a mi sumisión-, quíteme el collar. Me he portado muy bien, usted mismo lo ha comprobado. Por favor.

Sujetó mi nuca con su mano anillada, estudiando la veracidad en mis palabras, estudiando cuánto deseaba que me hiciera caso.

-¿Sí, Areum? ¿Tan bien te has portado como para pedirme algo? -uno de sus dedos bajó el tirante del vestido. Asentí con desesperación, y él solo se rió de mi guerra interna.