Areum
-Antes de que vuelvas a abrir esa boca necesitada de mordaza, te enseño algo más -sus dedos acariciaron mi muslo, y agradecí llevar pantalón por enésima vez en la tarde. Abrió un cajón y sacó la misma carpeta azul del otro día, haciéndome desfallecer cuando vi más fotos mías con Jungkook.
Eran de esa misma mañana en el patio, cuando estaba acostada de forma cariñosa sobre él.
Era aterrador pensar que Kim tenía cámaras sobre mí.
¿Había ido a mi instituto solo para tomar más fotos? ¿Cuántas más tendría y llegará a tener?
-¿C-cómo has...
-Solo por si acaso te olvidabas del poder que tengo, reservado solo para ti -acarició mis brazos en dirección norte, toqueteando mi cuello con una sonrisa de suficiencia al ver que guardaba silencio.
Tenía que protegernos, Jungkook no se merecía el acoso de la prensa.
-Dime las normas ya, por favor. Quiero acabar con esto cuanto antes -agaché la cabeza a mis zapatos, impasible y neutral.
-No te costaba tanto estar calladita y escucharme, ¿a qué no? -hundió los dedos en mi pelo de forma dulce, acariciando como recompensa por mi pasividad. Sentí sus labios en mi oreja, y me mentalicé para no llorar-. A lo mejor al final acabas dándome tu sumisión y todo, quién sabe... Tú y yo nos lo pasaríamos muy bien, Areum.
Lo dudaba mucho, Kim
-Las normas son sencillas, pero si tienes alguna duda no dudes en preguntarme; te enseñaré la respuesta encantado -no me gustaba cómo su voz se hacía más oscura conforme hablaba-. Te dirigirás a mí con honoríficos y solo toleraré que me llames señor Kim, nada de mi nombre ni apodos. Quiero que ese traje kilométrico lo quemes como mi pañuelo, pero voy a dejar pasar la incidencia de hoy por ser tu primer día.
Asentí, pero me dio un ligero azote en el muslo.
-Con palabras.
-Llevaré el uniforme para usted -soné tan muerta que me di miedo a mí misma. Oí cómo sonreía sin necesidad de mirarle, no tenía fuerzas ni ganas de ver sus ojos ganadores.
Me daba asco y miedo.
-Joder, no tienes ni idea de lo que me pone cuando te portas así -me atrajo del cuello a su boca, y aspiró profundamente el perfume artificial que llevaba-. Y una última cosa antes del contrato: no me importa que te juntes con el niñato con dientes de conejo, pero si por algún imprevisto mete las narices en nuestro acuerdo me enfadaré. Me enfadaré mucho, Areum; tenlo en cuenta.
-¿Contrato? ¿Qué contrato? -le alcé la mirada por primera vez y me cogió el mentón como respuesta. Nuestras respiraciones se mezclaban, la mía muriendo con cada palabra que Kim Taehyung decía.
-El mismo que formaliza todo lo que te acabo de decir, dulzura -retiró un mechón detrás de mi oreja con tal de provocarme algo, pero fue un intento fallido.
Hacía tiempo que no sentía nada más que un vacío existencial interior.
Busqué en su escritorio algún tipo de documento como el que decía, y me dio una punzada cuando vi a los dos adolescentes de la foto, ignorantes de que estaban siendo fotografiados. Jungkook estaba sonriendo, y me encargaría de que así fuese siempre, aún si eso significa entregarme a Kim.
Me entregó un papel que cogí con manos temblorosas, y me atrajo hacia él con tal de intentar disminuir mis nervios. Mi muslo rozaba la delantera de su pantalón cada vez que apretaba mi cintura.
Intenté leerlo, porque no se podían firmar contratos sin ser leídos a menos que quisieses cavar tu propia tumba; pero Kim me distraía cada vez que acariciaba mi cuello, brazos o incluso la mejilla de forma lenta, intentando acostumbrarme a su toque o distraerme del papel, ya ni lo sabía.
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Sugar, daddy ; kth, jjk [+18] COMPLETA
FanfictionUna colaboración hará que Areum caiga en manos del Señor Kim, un narcisista que disfruta corrompiendo personalidades débiles y llevándolas a su mundo sádico. Areum aprenderá que las rosas más bellas también poseen las espinas más dañinas y difícil d...