Sugar, daddy ; kth, jjk [+18] COMPLETA

48. [azúcar, papi] III

Este capítulo puede causar ansiedad a algunos públicos.

⚠️ Contenido sensible ⚠️

⚠️ Violencia verbal, física y psicológica⚠️

Viernes, 20:15 de la noche, Edificio Hyundai.

Las paredes de la amplia habitación de cristal temblaron con los múltiples gritos.

Azúcar. a-azúcar. ¡AZÚCAR!... azúcar...ayuda.

El lamento, torcido hacia la agudeza por el dolor, se oyó en toda la sala de proyecciones, la cual era ahora un macabro teatro; un taller de muñecas en manos de un juguetero loco.

Los altavoces pitaron para un público invisible, ya que el pelinegro había escapado nada más tomar conciencia.

-Repite lo que has dicho -bramó el Sr. Kim, con el plug anal que había arrancado en la mano y una sonrisa de oreja a oreja. Trepó por el follable cuerpo de la joven sollozante, haciendo caso omiso a los alaridos de dolor, a cómo se cubrió la zona rectal con las manos, o a los anormales espasmos que no le permitían quedarse quieta bajo él-. Venga, repítelo -tiró del pelo largo con brutalidad, desenterrando la cara de Areum de las sábanas a la fuerza-. Repítelo si te atreves, zorra.

-No quiero jugar más -contestó en un hilo de voz, totalmente ida de la realidad. Tras haberle arrancado el plug, el cuerpo de Areum había entrado en estado de alerta, de crisis y de ansiedad. No podía creer que ese hombre que decía que la amaba tuviese tanta maldad como para hacer un infierno de cada minuto de su existencia-. Duele... He dicho la palabra de seguridad, t-te lo estoy pidiendo por fav...-

-Me estás llevando al límite de mi paciencia, ¿eso es lo único que se te da bien hacer, verdad, Areum? -el Señor Kim enterró la nariz en el femenino pelo pretendiendo calmarse, e hizo fuerza hasta apresar el cuerpo de su nena contra el colchón. Y se habría enterrado directamente en ella de no ser por las manos temblorosas que cubrían su entrada anal; si la situación no fuera tan violenta-. Quita las manos, venga -bajó el tono de voz a uno más reposado, y susurró cándidamente sobre su mejilla caliente-, eres tú la que está haciendo esto difícil.

-N-No -una caricia indeseada en el muslo hizo que Areum se tornase pálido nuclear. Así empezaba siempre, pensó. La mano subió y deformó la piel a base de apretarla brutalmente, consiguiendo reabrir cicatrices anteriores-. Déjame, Taehyung -rogó, insegura de su propia voz-, d-déjame tranquila, por favor -la joven se ahogó con sus propias lágrimas una vez sintió cómo el Señor Kim aprisionó sus muñecas sobre su espalda. Y como moneda de cambio, las torció en ángulos antinaturales sin piedad-. ¡N-NO no no... AGH -chilló, sintiendo los músculos demasiado tirantes-. ¡Me duele! Para...¡PARA!, p-por favor.

-¿"Taehyung"? -una mueca nerviosa cruzó la cara del abusador; y aunque se sintió tentado de amordazar a la chica bajo él, de ser egoísta y hacer todo lo que tenía en mente, no lo hizo. En su lugar, soltó todos los agarres y se levantó de encima de ella, sentándose en el borde de la cama, a su lado-. No voy a malgastar fuerzas en enfadarme contigo, Areum. Estoy cansado de discutir -sacó algo minúsculo de la bolsa de mano, con los llantos ahogados de banda sonora. Echó una ojeada sobre su hombro, mirando con tristeza cómo la pequeña espalda temblaba-. ¿Y por qué has dicho la palabra de seguridad? Sabes perfectamente que terminamos el contrato hace más de una semana, ya no tiene validez.

No tenía expectativas de que le contestase, por lo que se conformó con el hipido de su nena rota, quien ni siquiera levantó la cara de las sábanas mojadas.

Esbozó una sonrisa nostálgica mientras prendía un fino canuto entre sus dedos, y espiró fuertemente varias veces hasta que lo encendió. Cerró los ojos olvidándose de todo y de todos por un momento.