━━ ⦗ siren! ⦘
❝ la tierra tiene sed
de sangre y nosotros
tenemos un mar
dentro de nosotros. ❞
███████████ 𝙚𝙣 𝙙𝙤𝙣𝙙𝙚
la vida que una vez conocieron
fue cambiada y niños inoce...
━━━━━━━━━━━━ CAPÍTULO TREINTA Y SIETE TODO VA A CAMBIAR. ━━━━━━━━━━━━
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—¿QUÉ DEMONIOS...?
—¡OW! ¡MINHO, PIE!
—MIS MÁS SINCERAS DISCULPAS, BARBIE.
—NECESITAS PERDER UN POCO DE PESO.
—ME ROMPES EL CORAZÓN.
—Y TÚ CASI ME ROMPES EL PIE.
—¿QUIEREN CALLARSE LOS DOS?
Una puerta en el lado opuesto de la entrada anterior se abrió, iluminada por una pequeña luz. Todos compartieron miradas inseguras. Empujando la puerta para abrirla más, Teresa entró al pasillo, seguida lentamente por los demás. La luz sobre ellos parpadeaba; habían grandes tuberías a su alrededor, peor no había nada que pudieran investigar.
—Bueno... esto es siniestro.—Lorelei comentó de forma monótona. Sintió la mano de Newt rozar su espalda. Sus ojos se encontraron. Parecía tan traumatizado y confundido como ella. La suciedad estaba pegada a su cara y el pequeño corte en su pómulo era evidencia de la pelea que acababan de librar.
Escépticamente, el grupo continuó caminando por el pasillo; sus pasos resonaban en el lugar. Un molesto zumbido se escuchaba moverse a través de las tuberías. La pintura agrietada de color amarillo mostaza decoraba los bordes inferiores de las paredes; el paso inestable del grupo continuó durante minutos antes de que vieran una puerta con tres franjas plateadas y justo encima de la puerta, había un gran letrero de color verde que decía SALIDA.
La mirada de Sartén se movió alrededor del grupo, antes de fijarse brevemente en Winston, que estaba a su izquierda.—¿Es en serio?—preguntó, casi inaudible.
No había forma de que ese fuera el final. ¡Un pequeño paseo por un pasillo y una puerta con un maldito letrero de salida!
No era posible.
Caminando de puntillas hacia la puerta, Thomas tomó el mango de metal y tiró de ella. Sonó un fuerte clic y se abrió de golpe. Chirriando sobre sus bisagras, se abrió más y más para revelar una escena al otro lado.
Lo primero que notaron fueron tres cuerpos sin vida desplomados en el suelo. Nubes de humo brumoso flotaban en el aire entre un par de luces intermitentes de color ámbar. Una alarma sonaba a la distancia, dándole más ansiedad a la rubia.
Pasaron por la puerta, inspeccionando cada pequeña cosa a la vista. La sangre salpicaba las paredes. Se acercaron a una gran ventana rectangular, donde yacían dos cuerpos más sobre unas mesas de metal, cubiertos por sábanas arrugadas y ensangrentadas.
—¿Qué sucedió aquí?—Winston hizo la pregunta que estaba en la mente de todos. Pero nadie pudo responder.
Pasando por otro par de puertas traslúcidas, sus ojos se posaron por una sala llena de computadoras y más cadáveres. Más cristales rotos. Más sangre. Muchas pantallas arremolinadas con información y fotografías de diferentes cerebros en colores luminosos. Las brazas chispeaban y crepitaban en todas direcciones, emitiendo aún más burbujas de humo.
