━━ ⦗ siren! ⦘
❝ la tierra tiene sed
de sangre y nosotros
tenemos un mar
dentro de nosotros. ❞
███████████ 𝙚𝙣 𝙙𝙤𝙣𝙙𝙚
la vida que una vez conocieron
fue cambiada y niños inoce...
━━━━━━━━━━━━ CAPÍTULO VEINTISIETE OTRA CHICA. ━━━━━━━━━━━━
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—EN UNA ESCALA DEL UNO AL DIEZ, ¿QUÉ TAN JODIDA ESTOY?—Lorelei le susurró al segundo al mano, quién rió y negó con la cabeza, aunque su ceño aún estaba fruncido.
—Tuviste buenas intenciones. Thomas tuvo buenas intenciones. Eso es lo que cuenta.
—Eso es reconfortante.
Quedándose unos momentos más fuera de la cabaña mientras todos se apiñaban para tomar asiento, la pareja se volvió para mirarse el uno al otro.—Pase lo que pase, te apoyaré.
—Bien.—Lorelei se mordió el labio inferior, sintiendo que el rubio dejaba un beso sobre su frente.
Finalmente entraron al salón del consejo; Newt se puso de pie junto al resto de los Guardianes mientras que Lorelei se vio obligada a sentarse al medio de la habitación junto a Thomas. Intercambiaron sonrisas, porque ambos se encontraban en la misma situación, pero al menos no la enfrentaban solos. Pase lo que pase, ambos asumían la responsabilidad de sus acciones.
—Las cosas están cambiando.—Gally fue el primero en hablar una vez que todos se calmaron.—Es imposible negarlo. Primero, a Ben lo picaron a plena luz del día. Y luego a Alby. Y ahora Lorelei y nuestro Novato asumieron la tarea de entrar al Laberinto, lo cual es una clara violación de nuestras reglas.
—Sí pero le salvaron la vida a Alby.—Sartén habló en un tono razonable desde su posición detrás de Newt. Las cejas de pájaro de Gally se alzaron, arrugando su piel pecosa.
—¿En serio?
Frunciendo los labios, Newt inclinó la cabeza hacia un lado mientras miraba intensamente al guardián de los constructores que se hacía cargo de la reunión. El rubio mantuvo la boca cerrada y simplemente escuchó como todos los demás.
—Durante tres años, hemos coexistido con esas cosas. Y ahora, mataste a uno de ellos...—Gally señaló a Thomas con un dedo. Lorelei sintió que el chico de cabello azabache se tensaba a su lado, pero mantuvo su rostro inexpresivo.—No sabemos qué qué significa todo eso.
—¿Significa que él es increíble y que hay un Penitente menos del que no tenemos que preocuparnos?—sugirió Lorelei, incapaz de mantener la boca cerrada por mucho tiempo, especialmente con Gally hablando. La miró con advertencia y, sorprendentemente no dijo nada. Tragando saliva, el segundo al mano habló.
—¿Qué sugieres que hagamos?
—Debe ser castigado.—Gally se encogió de hombros.—Ambos deben serlo.
—¡Oh, vamos!
—¡Mató a un Penitente!
—¡Ella no ha hecho nada malo!
—¡Lo hicieron por Alby!
Interfirieron incontables voces. Algunos estaban de acuerdo, y otros encontraban que eso era bastante injusto. Lorelei se inclinó sobre sus rodillas, dejando que su cabello cubriera su rostro mientras resoplaba ruidosamente.
—Minho. Tú estuviste allá con ellos. ¿Qué opinas?—Newt preguntó, mirando al corredor después de que todos se calmaran otra vez-
Lamiendo sus labios, el chico coreano abrió sus brazos. —Yo creo... que en todo el tiempo que llevamos aquí nadie nunca había matado a un Penitente.—sus ojos se desviaron.—Cuando di media vuelta y corrí, arrastré a Lori conmigo mientras este shank se quedó a ayudar a Alby. Pero ella se devolvió para ayudarlo, a ayudarlos. Miren, no sé si son valientes o estúpidos...—Minho finalmente hizo contacto visual con cada persona en la habitación, que escuchaban atentamente su explicación.—Pero, sea lo que sea, necesitamos más de eso. Yo digo que los hagamos Corredores.
El corazón de Lorelei dio un vuelco en su pecho; su cabeza se levantó inmediatamente al escuchar las palabras de su amigo. Bueno, ella no esperaba eso. Thomas, sin embargo, no parecía tan sorprendido, ya que había sentido curiosidad por ser un corredor desde que llegó. Las voces se mezclaron en la habitación, cada vez más ruidosas y ella solo pudo taparse los oídos, abrumada. Echando un vistazo a su derecha, notó que la leve sonrisa en el rostro de Newt disminuía cuando sus ojos se encontraron, mientras la comprensión lo golpeaba.
No solo Thomas, sino, también Lorelei. Por una fracción de segundos había ignorado por completo el hecho de que Minho había mencionado que quería que ambos se convirtieran en Corredores. Las últimas doce horas habían sido las más duras para sus nervios. ¿Cómo diablos lo manejaría cuando la chica que le importa fuera al laberinto todos los días?
Gruñendo, Gally alzó la voz.—Si quieren hacerle un desfile a la rubia y al nuevo, está bien. Háganlo. Pero si algo sé sobre el Laberinto es que no...—un rugido ensordecedor cortó la acalorada discusión, silenciando no solo al molesto pelirrojo, sino, a todas las demás personas presentes en la cabaña. Sus cabezas se giraron en dirección a la puerta, sus cuerpos se congelaron y enderezaron con completa curiosidad y confusión.
Sin fruncir el ceño, tanto Lorelei como Thomas salieron disparados de sus asientos, abriéndose paso entre la multitud que también seguían el ruido. Newt y Gally iban en la delantera, mientras que los cuerpos se amontonaban alrededor de la caja en la que Lorelei recordó haber llegado en su primer día. Donde derribó a Newt y le puso un cuchillo en el cuello. Recuerdos, yey.
Hablando de Newt, este saltó dentro de la caja cuando finalmente llegó hasta ellos.—Newt, ¿qué ves?—alguien cuestionó. A través de sus ojos entrecerrados, Lori casi podía distinguir un cuerpo delgado e inconsciente con el cabello largo.
Mirando a sus compañeros, el segundo al mando respondió:—... es otra chica. Creo que está muerta.
Lorelei tragó con dificultad. Una parte de sus pensamientos daban gracias a Dios por, finalmente traer otra chica y la otra parte temblaba de miedo y escepticismo.—¿Qué tiene en la mano?—preguntó el líder de los constructores a su izquierda, señalando con la barbilla la palma semicerrada de ella.
Newt se acercó a ella y tomó el papel en su mano.—"Ella es la última... de todos".—leyó las palabras escritas con lápiz negro mientras sacudía la cabeza y fruncía el ceño.—¿Qué diablos significa?
De repente, la chica soltó un grito ahogado, su pecho se infló y desinfló frenéticamente; sus ojos azules se abrieron mientras buscaba un rostro en particular en la multitud.—Thomas...—fue lo único que logró decir antes de que sus ojos se cerraran y su respiración se volviera más lenta, a un ritmo normal. Todos los ojos estaban puestos sobre el Novato, que solo agachó la cabeza y permaneció en silencio, sin palabras. Dios, incluso Lorelei estaba desconcertada.
—¿Aún creen que exagero?—Gally murmuró, lo suficientemente fuerte para que todos los demás lo escucharan. Presionando su lengua contra el paladar, la rubia se cruzó de brazos y gruñó en voz baja.
