━VI. No es justo

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CAPÍTULO SEIS
NO ES JUSTO
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LORELEI METIÓ LAS MANOS en los bolsillos traseros de sus pantalones mientras se acercaba a los jardines, lleno de varios chicos cavando, plantando, retorciendo enredaderas, etc

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LORELEI METIÓ LAS MANOS en los bolsillos traseros de sus pantalones mientras se acercaba a los jardines, lleno de varios chicos cavando, plantando, retorciendo enredaderas, etc. Después de observar el lugar, se encontró con Newt y otro chico de cabello rubio claro conversando.

Apareció detrás de ellos y se aclaró la garganta, haciéndoles saber de su presencia. Los labios de Newt se torcieron en una sonrisa amistosa.—Lorelei, hey. ¿Estarás con nosotros hoy?

—Eso parece.—ella le devolvió la sonrisa.—Y para que conste, ese pésimo recorrido está sobrevalorado.

El chico de cabello rubio arenoso rió antes de dar un paso hacia atrás y poner una mano en el hombro del otro chico.—Lorelei, este es Zart, Guardián de los Aradores. Zart, ella es Lorelei, de quién estoy seguro ya has oído hablar.

—¿La chica que venció a Gally en su propio juego? Diablos, si, he oído habar de ti.—el chico se limpió las manos en sus pantalones para después extenderle una hacia ella de forma cortés.—Encantado de finalmente conocerte como es debido.

Lorelei tomó su mano y la sacudió. Tal vez subestimó a los Habitantes del Claro, asumiendo que todos eran idiotas. Newt, Sartén, Chuck y ahora Zart. Cuatro personas que en realidad le agradaban. Minho también, pero aún seguía siendo un poco imbécil (en el buen sentido).

—Entonces, eh, ¿qué quieres que haga?

—Um, podrías cosechar las papas, si te parece bien.—Newt sugirió, guiándola hacia otra parte y entregándole pala.—Solo excava la tierra, recógelas y ponlas en ese balde.

Zart dejó un balde negro a sus pies y Lorelei asintió, apretando sus dedos alrededor del mago de madera de la pala que sostenía. Los dos chicos regresaron a sus puestos, dejándola sola. Lorelei siguió las instrucciones y excavó la tierra y observó como algunas papas se elevaban de las profundidades del subsuelo.

Se puso de rodillas y comenzó a hurgar en la húmeda tierra, arrancando las papas para después tirarlas en el balde. Siguió el mismo proceso hasta que no pudo encontrar más y una capa de sudor brilló en su frente.

Sonriendo triunfante, Lorelei se puso de pie, frotando sus manos contra sus pantalones. Pero ese momento duró poco. Segundos después de que se puso de pie, pudo sentir que alguien tocaba su trasero. Lorelei soltó la pala y se dio la vuelta para ver que un grupo de chicos estaba detrás de ella, riendo de forma divertida.

La ira burbujeó en su estómago, como un fuego encendido con gasolina. Sus manos se cerraron, convirtiéndose así en puños y las uñas de sus dedos se clavaron en su piel.—¿Creen que es gracioso, verdad?—ella dijo con furia, observándolos compartir miradas de diversión.—¿Cual de ustedes lo hizo?

Nadie respondió. Nadie hizo nada y a Lorelei no le gustó eso. Así que, de forma rápida se inclinó y recogió la pala y la levantó en el aire de forma amenazadora.—¿Quién diablos lo hizo?—Lorelei prácticamente gritó, apretando las manos alrededor del arma. La diversión desapareció de los rostros de los Habitantes del Claro, que dieron un paso hacia atrás y levantaron las manos en señal de rendición.

—¡Lorelei! ¡oye, oye, oye!—Newt apareció frente a ella con los ojos muy abiertos. Su pecho se agitó y ella trató de ignorarlo.—Lori, baja eso.

—¡No es justo! ¡Creen que pueden tocarme y salirse con  la suya!—la voz de Lorelei se quebró y pudo sentir que las lágrimas picaban sus ojos. No podía entender porqué se estaba poniendo tan nerviosa con esa situación. Estaba molesta. Demonios, estaba a punto de llorar.

—Lori, escúchame.—la voz de Newt la sacó de su pequeña burbuja; estaba más cerca de ella y se le era imposible evitar sus ojos. Podía sentir su cálido aliento en su piel, haciendo que sus músculos se relajaran.—Lo que pasó estuvo mal y lo sé, ¿de acuerdo? Yo me ocuparé de ellos, pero tú no quieres hacer esto. No quieres lastimar a nadie. Sé que no eres ese tipo de persona, así que, solo baja la pala ¿si?

Mordiendo el interior de su mejilla, Lorelei arrojó la pala al suelo con un bufido y salió corriendo de los jardines. La hierbas crujió bajo sus zapatos y no dejó de moverse hasta que localizó un árbol apartado de la vista de todos y se desplomó sobre el tronco. La corteza rugosa se clavó en su espalda, pero no le importó. Llevó las piernas hasta su pecho, enterró su rostro en ellas y las lágrimas cayeron de sus ojos.

El enrojecimiento alrededor de sus ojos era prominente, así como las manchas rosadas que marcaban la punta de su nariz. Al levantar la mirada, Lorelei se encontró con Newt sentado a su lado. La chica apoyó su cabeza en su hombro. Newt envolvió un brazo alrededor de ella, apoyando la mejilla contra la coronilla de su cabeza.

—Lamento que hayas tendido que pasar por eso.—murmuró con una voz tan suave, que pudo haber adormilado a la chica.—Alby está con ellos, serán castigados.

—Los amenacé con una pala.—refunfuñó Lorelei, con la voz ronca por la crisis nerviosa que tuvo.—Debí haber golpeado a esos malditos cerdos.

Newt soltó una risa.—Si, pero no lo hiciste y por eso eres una gran persona.

—¿Newt?

—¿Hmm?—él tarareó para que ella continuara.

—Me llamaste Lori.—la rubia dijo, recordando el momento. No es que no le gustara, es solo que de alguna manera, le resultaba casi familiar, pero no sabía por qué.

—Salió de forma instintiva.—el chico respondió, mirando hacia abajo para escanear sus rasgos.—¿Qué te parece?

—Hm...—la chica miró hacia otro lado de forma pensativa antes de asentir.—Creo que me gusta.

—A mi también.—Newt sonrió. A ambos le gustaba, Lori era más sencillo. Exhalando profundamente, vio a los Habitantes del Claro dirigiéndose a almorzar en la distancia.—Probablemente debíamos comer algo.

Al verlo ponerse de pie, Lorelei no pudo evitar notar la forma en la que su cuerpo se enfrió después de que él quitara el brazo de sus hombros. Anhelaba que volviera y no podía entender por qué. Sus ojos vacilantes se encontraron con los de él; no se sentía entusiasmada por volver a enfrentarse a los demás.

—Todo estará bien, lo prometo.—Newt le ofreció una mano al notar la expresión preocupada de su rostro. Mordiéndose el labio inferior, Lorelei tomó su mano y él la ayudó a ponerse de pie.


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siren ━ newt. (1) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora