One shots -PEDIDOS-

"¿Cómo me dijiste?"-SCARLETT JOHANSSON-Tierno

MARATÓN (2/11)

Narras tú

Corrí a las escaleras y subí rápidamente al escuchar aquel grito, llegué a la habitación y entré ya con la respiración agitada por lo grande que era nuestra casa.

–¡¿Qué pasa?!– vi como Scarlett se subió a la cama de un salto y reí al entender la situación.

–¡Hay una cucaracha!– tomé el vaso que estaba en la mesa de noche y caminé por la habitación, cuando la vi la atrapé en este y miré a mi esposa.

–Me asustaste, pensé que te había pasado algo– tenía una mano en su pecho mientras intentaba calmarse, así que fui hacia ella y me senté a su lado para abrazarla.

–Perdón, es que hoy estoy un poco alterada– la miré quitando un mechón de cabello de su rostro.

–¿Ocurre algo?– suspiró.

–¿Recuerdas que hace tres días acompañé a una amiga al médico?– asentí.

–Los exámenes estaban buenos, ¿Cierto?– pregunté confundida.

–Sí...pero...aproveché para hacerme algunos yo también...por algunos cambios que noté y hoy me llegaron los resultados– la miré preocupada.

–¿Qué tienes? ¿Es algo grave? ¿Por qué no me dijiste que te sentías mal?– sonrió acariciando mi rostro.

–No estoy enferma _____– la miré confundida y dijo emocionada –Estoy embarazada– me quedé muda por algunos segundos, su gesto cambió y frunció su ceño –¿No quieres tener hijos aún?– dijo preocupada y reí.

–¿Vamos a tener un hijo de verdad? ¿No es una broma?– negó y sonreí abrazándola.

–¡Me asustaste!– dijo riendo y me abrazó de vuelta.

–Espero que tus genes sean más fuertes que los míos, para que sea hermoso– reímos y nos separamos –¿Cuánto tienes?–.

–Un mes– de inmediato dejé de reír.

–¿Un mes?– asintió –Amor, volviste hace tres semanas de Reino Unido, estuviste casi un mes grabando Infinity War– por un momento me miró seria y luego rió entregándome un papel.

–Tengo tres semanas, supongo que celebramos mucho la noche que volví– se sentó sobre mí y efectivamente el papel decía que eran aproximadamente tres semanas.

–¿Deberíamos recordar aquella noche?– dije dejando el papel en la cama, llevando luego mis manos a su trasero.

–Me parece una buena idea–.

Cinco meses más tarde

–¿Me pasas la sal?– asentí caminando hacia el mueble para entregarle lo que me había pedido.

–¿Qué estás cocinando mi amor?– dije acercándome por detrás para abrazarla.

–Estofado de verduras– fruncí mi ceño y me quejé.

–Yo quiero pizza– rió empujándome para que la soltara, sacó su celular e intenté detenerla pero no pude y pidió igualmente.