–¿Te ayudo?– dije al ver a una chica intentando ocupar la máquina de café.
–Por favor– dijo algo tímida y me acerqué, presioné los botones correctos y el café comenzó a hacerse.
–Soy _____– le ofrecí mi mano y la miró algo desconfiada, pero luego la tomó.
–Wanda Maximoff– sonreí ampliamente, tomé el café y se lo entregué.
–Supongo que eres la chica nueva– asintió y miré su chaqueta –¿Quién te dio esa chaqueta?– sonrió.
–Steve–.
–Nat lo matará– reímos –¿Tienes hambre?– negó –¿Segura? Hay mucha comida aquí– dije acercándome a los muebles –Última oportunidad– la miré levantando mis cejas.
–Está bien– se acercó y tomamos algunas cosas, nos sentamos en el sofá y empezamos a conocernos.
Ya llevábamos más de una hora allí, me levanté pra tomar un chocolate y lo abrí al sentarme a su lado nuevamente, sentí unos pasos y levanté la vista viendo a Natasha muy seria.
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–Te veo luego Wanda, disfrútalo– le entregué el paquete abierto, me sonrió y fui tras ella, quién ya había salido –¿Ocurre algo?– dije alcanzándola y negó sin mirarme –Oh, ya veo– rasqué mi nuca –¿Puedo saber qué hice para que te enojaras?– me miró.
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–Vamos a entrenar– suspiré al escuchar su enojado tono y la seguí hasta el cuadrilátero que tenía el enorme edificio. Entró enseguida y algo insegura hice lo mismo.
–¿Por qué quieres entren...– me hizo caer al golpear mi pierna –¡Hey!– me levanté –No estaba lista– tomé una mejor posición y pude esquivar tres de sus golpes, pero el cuarto me desestabilizó y caí al piso nuevamente –¡Mierda!– me quejé y la miré –Estoy aprendiendo, no seas tan injusta– me puse de pie nuevamente.
–No es mi problema que seas lenta– me reí.
–No soy lenta– en ese preciso momento terminé en el suelo nuevamente –Llevo solo un año aprendiendo de ti– me quejé al pararme.
