Narras tú
–¡Yelena!– la mujer se giró para mirarme –¿Puedo ir contigo?– suspiró y negó.
–No– cuando se lanzó por la ventana tomé mi traje y me lo puse rápidamente, tomé mis implementos, una mochila con todo lo que podía necesitar y me lancé tras ella. Corrí rápidamente para no perder sus rastro y esta me miró mal cuando me vio a su lado.
–Yo...me caí por la ventana y comencé a correr de la nada, fue como que algo tomó el control de mí– sonrió.
–No puedes venir conmigo– suspiré.
–Pero estoy aburrida...dime cuál es tu misión y te ayudo– negó –Entonces te acompañaré– me miró un momento y asintió.
–¿Estás usando el chaleco que te regalé?– asentí.
–Tiene muchos bolsillos– sus ojos se cristalizaron levemente y dejó de mirarme –¿Qué pas...– me tomó del brazo y saltó conmigo.
———
–Wow...¿Vamos a comer?– me miró –¿Qué? El vuelo me dio hambre– se rió.
–Eres...Dios, me haces sentir como probablemente se sintió mi hermana conmigo– la miré confundida.
–¿Hermana?– suspiró.
–Vamos, estamos cerca– entramos a un edificio y entramos a una habitación. Dejamos nuestras cosas y tomé mi traje para ponérmelo, pero negó.
–Iré sola, tú quédate aquí– me quejé.
–Iré a recorrer la ciudad entonces– mordió su labio y suspiró.
–Tienes 20 años, haz lo que quieras...menos entorpecer mi camino– asentí y ella salió por la ventana.
–¡Algún día vas a matarte!– se rió mientras descendía.
Me di una ducha rápida y luego tomé mi identificación falsa junto a mi billetera para ir a recorrer las calles de Nueva York.
Pasaron algunos días y ya me estaba aburriendo, así que decidí seguir a Yelena sin que lo notara.
Esta entró en un edificio e intenté seguir sus pasos sin que me oyera, lo estaba logrando hasta que me tropecé y quedé afirmando un mueble. Si me movía probablemente se iba a caer y suspiré viendo cómo arreglar la situación.
–Kate Bishop...¡Hola!– me afirmé de una tela para no caer, ya que el lugar estaba quemado y el piso estaba muy débil –Preparé macarrones, ¿Quieres comer?– fruncí mi ceño escuchando a la rubia.
–¿Cómo? ¿Macarrones?– escuché la voz de otra mujer y la tabla que estaba pisando estaba comenzando a crujir, indicando que se rompería.
Resistí mientras ellas tenían un raro y tenso diálogo. Escuché sobre su hermana y me sorprendí al saber que Natasha Romanoff lo era. También me sorprendió que el plan de Yelena era matar a Clint.
–Ah y Kate Bishop, no te interpongas otra vez– escuché a Yelena saliendo de la habitación y justo en ese momento la tabla se rompió y caí hasta abajo.
–¡Ah!– gritó la mujer y luego me miró, yo me levanté como pude y la miré. Era muy hermosa, así que me distraje con sus labios y luego levanté las manos –¿Quién eres y qué haces aquí?– dijo apuntándome con una salsa mientras me miraba de arriba a abajo.
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One shots -PEDIDOS-
ContoEn este libro pueden hacer sus pedidos, tienen la libertad total de escoger al artista y el tipo de one shot que desean.