MARATÓN (6/11)Narras tú
–Hola amor– dije entrando en casa y la saludé con un beso –¿Cocinaste tú?– dije emocionada y ella asintió –Huele exquisito– me besó nuevamente.
–Hice risottos de trufa– sonreí y dejé mis cosas en el sofá para ir con mi novia a la mesa. Comimos teniendo una agradable conversación, cuando terminamos ella dijo que iría al baño y yo me fui a la cocina para lavar los platos sucios.
Al terminar sequé mis manos con un paño, me giré y vi a mi novia apoyada en la pared. Tenía una lencería de encaje negra que combinaba perfectamente con su piel. Tragué en seco admirando la belleza de su cuerpo y luego sonreí.
Me acerqué lentamente a ella y al llegar llevó sus manos a mi corbata para jalarme mientras me guiaba hacia nuestro cuarto. Entré y vi varios juguetes sobre la cama, también había vino, champaña y unas copas sobre una mesa pequeña.
–¿Así que quieres jugar hoy?– dije cuando me soltó y se giró mordiendo su labio –Juguemos entonces– me quité la corbata y la dejé sobre la cama, ella tomó una de las copas, se sirvió champaña y fue a la cama.
Me recosté junto a ella y moví su copa cuando estaba tomando, provocando que el líquido se escurriera por su cuello. Llevé una de mis manos a su mentón y lo levanté un poco, luego con mi lengua y labios comencé a besar su cuello limpiando el alcohol que estaba allí. Mordí su piel en repetidas ocasiones dejando leves marcas, luego me levanté, tomé mi corbata y me acerqué a ella para cubrir sus ojos con ella.
Cambié la luz a una más tenue, puse algo de música y tomé el aceite, me subí a la cama y comencé a acariciar su vientre.
Quité la parte superior de su lencería y eché un poco del contenido del envase sobre sus pechos. Empecé a masajearlos con cuidado, tocando solo el contorno de ellos, luego fui subiendo hasta estar estimulando alrededor de sus pezones. Seguí por el masaje en distintas partes de su cuerpo por varios minutos, ocasionando que Gigi jadeara de vez en cuando.
Me levanté dejando el aceite en la mesa, tomé las esposas y me acerqué a mi novia.
–Siéntate– así lo hizo, mientras yo desabrochaba mi camiseta –Pon tus manos en tu espalda– obedeció enseguida y le coloqué las esposas. Tomé la fusta (Vara delgada y flexible, generalmente con una o varias correas en uno de sus extremos) y la pasé por su espalda suavemente, también di pequeños golpes en su piel.
La ayudé a acomodarse, dejándola boca abajo pero con las rodillas apoyadas.
Quité con cuidado la parte de abajo de la lencería dejándola completamente desnuda. Tomé un vibrador, lo prendí con el control y lo pasé por sus pliegues.
–¡Ah!– sonreí –Se siente muy bien– sin dejar de estimularla, llevé mi mano libre al pantalón para desabrocharlo.
Por la respiración de Gigi se podía notar que el orgasmo se aproximaba, así que retiré mi mano con el vibrador de ella y esta se quejó.
Terminé de abrir el pantalón y saqué mi miembro por allí, me subí a la cama y nuevamente llevé el vibrador a sus pliegues. Tomé el lubricante y dejé caer un poco en mi mano, luego la llevé hacia su entrepierna para esparcirlo, repetí aquello en mi miembro y me introduje lentamente en ella. Tomé la cadena de las esposas y la atraje hacia mí, haciendo que quedara apoyada solo en sus rodillas. Con mi mano libre tomé la fusta y sin dejar de penetrarla dejé varios golpes leves en su cuerpo.
–¡Ah! ¡_____!– de a poco fui soltando las esposas, dejándola recostada en la cama. Detuve mis movimientos un instante para juntar sus piernas y luego seguí, pero con un ritmo más suave. Con mis manos agarré su trasero, dandole de vez en cuando una nalgada. El orgasmo de Gigi estaba cada vez más cerca, así que aumenté el ritmo hasta que lo tuvo. Salí de ella y de inmediato habló –Quítame las esposas– fruncí el ceño y así lo hice, se quitó la corbata de los ojos enseguida y también se levantó de la cama –Súbete a la cama– dijo con tono autoritario y sonreí obedeciéndole.
Se acercó a mí y esposó mis manos al respaldo de la cama, tomó mi corbata y cubrió mis ojos. Sentí algo frío recorrer mi cuello y supuse que era champaña. Desabotonó mi camisa hasta la mitad y luego rompió lo que faltaba.
–Qué impaciente– dije riendo y sentí un golpe en mi vientre, probablemente con la fusta.
–Shhh– dijo en mi oído y mordí mi labio ante la situación.
Sentí el sonido de unas tijeras y luego quitó mi brazier, comenzó a jugar con mis pechos y mordí mi labio para reprimir los gemidos.
Se sentó sobre mí y nuestras intimidades quedaron rozándose, de lo cual se aprovechó ya que no dejaba de mover sus caderas.
–¿Qué pasa?– dijo separándose de mis pechos y acariciando mi mentón –Te veo muy agitada– sonreí y sentí sus labios sobre los míos.
Levantó su cuerpo un poco, afirmó mi miembro con una mano y luego se dejó caer. Solté un gemido y apretó uno de mis pechos en respuesta. Comenzó a montarme gimiendo muy fuerte para provocarme aún más.
Llevó sus manos a mi cabello, jalándolo suavemente mientras se movía, luego se inclinó hacia mí, gimiendo sutilmente en mi oído.
Iba a llevar mis manos a sus caderas y me detuvieron las esposas, me quejé y apoyé mis pies sobre la cama para moverme también.
Ambas llegamos al orgasmo muy cerca. Pasaron algunos segundos y se levantó. Sentí sus pasos alejarse y suspiré con una sonrisa en mi rostro por lo ocurrido.
Luego de unos instantes me asusté cuando me tocó y reímos.
–Recuerda que no puedo verte– quitó las esposas y luego llevó sus manos a la corbata, quitó el nudo y luego la sacó.
–Hola– reí besándola.
–Te quedan mejor que a mí– dije al verla con ropa interior mía.
–Lo sé, todo me queda bien– reí asintiendo.
–Todo te queda perfecto...pero debo admitir que te ves mejor sin ropa– la abracé por la cintura –Y nadie puede negarlo– sonrió besándome.
–Cuando te eché champaña derramé un poco sobre la cama– reímos.
–Bueno, no es la primera vez que la mojas durante el sexo– rió dándome un golpe en el hombro.
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¿TIENEN UN LIBRO FAVORITO? El mío es El Principito, tiene un significado muy profundo e importante para mí.
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One shots -PEDIDOS-
Short StoryEn este libro pueden hacer sus pedidos, tienen la libertad total de escoger al artista y el tipo de one shot que desean.