–Alycia, estoy cansada– respondí cuando mi novia me dijo que unas amigas vendrían a comer algo.
–Oh vamos _____, solo un rato– me quejé –Podemos charlar mientras comenos y también podemos hacer algo divertido– suspiré.
–Está bien– sonrió –¿Quiénes son?– mordió su labio.
–Katie y Scarlett– la miré confundida.
–Nunca me has hablado de ellas...– fruncí mi ceño –¿Tienes amigas que yo no conozco?– rió ante mi celoso comentario.
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–No me acuesto con ellas, si es lo que te preguntas– miré sus labios.
–¿En cuánto rato llegaran?– tomé el borde de su pantalón para atraerla hacia mí.
–Cariño, tu calentura deberá esperar– me quejé y ella rió –Ya deben estar por llegar, vamos abajo– tomé su mano y la seguí hasta la cocina. Saqué algunas bebidas y ella estuvo en su celular. Por un momento desapareció y luego escuché voces desconocidas, supuse que habían llegado y fui a la sala.
Me miraron descaradamente de arriba hacia abajo así que hice lo mismo. Me detuve un momento en sus entrepiernas y escuché la risa de mi novia.
–¿Qué estás mirando?– sonreí dirigiendo mi vista a ella y rasqué mi nuca.
–Nada– miré a sus amigas, ahora a la cara.
–Un gusto, soy Scarlett– dijo la mujer de pelo rubio, tomó mi mano y le dio un beso.
–Katie– miré a la otra mujer y admiré las definidas facciones de su rostro, repitió la acción de Scarlett y mordí mi labio ante lo sexys que eran sus voces.
–_____– asintieron.
–Alycia nos ha hablado mucho de ti– sonreí y mi novia tomó mi mano para que fuéramos a la sala, ellas dejaron sus bolsos en la mesa de café y luego clavaron sus miradas en mí.
–¿Hace cuánto se conocen? Alycia nunca me habló de ustedes– rieron y se miraron.
–Nos conocemos desde hace algunos meses, pero solo por el trabajo, somos amigas desde hace poco– respondió Katie y no pude evitar llevar mi vista a su definida mandíbula, luego bajé a su cuello y suspiré quitando mi vista de ella.
–¿Por qué? ¿Desearías habernos conocido antes?– dijo Scarlett de forma coqueta y reí mirando al piso.
Nos sentamos en los sillones y mi novia no se sentó a mi lado, lo cual me pareció extraño ya que se sentó al otro lado de la sala, pero lo ignoré. Sus amigas se sentaron una a cada lado y mordí mi labio intentando controlar mis alocadas hormonas.
–Alycia nos dijo que tienes una pequeña obsesión por los ojos verdes– sonreí asintiendo.
–Me encantan, pero los de ella son mis favoritos– las tres chicas me miraba fijamente y de inmediato sentí el cosquilleo en mi entrepierna.
