–¿Cuánto te falta?– pregunté entrando a la habitación que compartía con mi esposa. Ella dejó de maquillarse y se giró para mirarme.
–¿Estás intentando apresurarme?– negué de inmediato ya que sabía que le molestaba cuando lo hacía.
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–Es solo para saber, mi amor– sonrió y volvió a lo que hacía.
–Te salvaste– reí acercándome a ella.
–¿Me veo muy mal?– pregunté y me miró por el espejo.
–Ese traje te queda divino– sonreí bajando mi vista hacia su trasero.
–Tú trasero te queda divino– mordí mi labio y escuché su risa.
–Oh no no, ni lo sueñes, llevo una hora maquillándome y no vas a arruinarlo por la calentura– hice un puchero.
–Solo estoy apreciando tu bella anatomía– di un paso adelante y apoyé mi entrepierna en ella, dándole un pequeño empujón hacia adelante.
–_____...–dijo con una voz más seria de lo normal y levanté mi vista preocupada.
–Oh...te queda bien– bromeé al ver la mancha negra debajo de su ojo –¿Vas a imponer una nueva moda?– mordí mi labio para no reír y escuché su suspiro.
–Tienes treinta segundos para salir de aquí si quieres seguir viviendo– asentí de inmediato y corrí lejos de Kylie.
Unos veinte minutos ella apareció en la sala, levanté la vista para mirarla y me quedé con la boca abierta.
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–¿Cómo es que yo soy tu novia?– rió y se sentó a mi lado.
–Hay muchas razones– dijo apoyando su mano en mi pierna y levanté las cejas –Pero creo que ya sabes cuál es mi favorita– reí cuando me besó y nos levantamos para ir al evento.
Ya habían pasado alrededor de dos horas, estaba buscando por todos lados a Kylie y me pareció sospechoso no encontrarla, tomé mi celular y la llamé.
