"Perfecta para nosotras"-MELISSA BENOIST Y KATIE MCGRATH-Ellas G!p

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Narras tú

–¿Tienes planes hoy?– asentí a la pregunta de Katie.

–Iré a una...– frunció el ceño –¿Qué?– relamió sus labios.

–Cancélalos, hoy vendrás conmigo y Melissa– reí.

–Lo lamento, pero iré con mis amigas, se enojarán si cancelo– levantó su ceja.

–Recibirás un castigo– sonreí.

–¿Qué castigo podrían darme? ¿Follarme a la vez? Sabes que soy experta en aquello– dije provocándola y solo me miró.

–Es tú decisión– susurró y se alejó de mí.

Katie y Melissa eran mis compañeras de piso, vivíamos juntas hace casi un año y teníamos una relación de amigas con derecho, aunque me celaban bastante.

Pensé en sus palabras un momento y luego fui a darme una ducha para salir con mis amigas.


———


Desperté sintiendo un peso sobre mí, reí al abrir los ojos y ver a Camila durmiendo profundamente.

La moví con cuidado para no despertarla y comencé a buscar mi celular, cuando lo encontré vi que tenía varias llamadas perdidas y mensajes. Suspiré buscando mis zapatos, mi bolso y mi camiseta, cuando ya estuve lista fui al baño a lavarme la cara y me quejé de la resaca que tenía.

Tomé un taxi a casa y al entrar vi que Katie y Melissa estaban sentadas en el sofá, me miraron de inmediato y noté que estaban enojadas.

–¿Dónde dormiste y con quién?– preguntó la rubia y sonreí.

–En una cama, entre varias personas que me follaron toda la noche– reí al ver sus rostros –Me quedé con Camila, bebí demasiado y tuve que haberme dormido mientras hablábamos– Melissa se levantó caminando intimidante hacia mí.

–Ve a darte una ducha– reí.

–No voy a darme una ducha, voy a dormir– respondí tajantemente –Me duele demasiado la cabeza, así que te relajas– me sorprendí cuando no dijeron nada y fui a mi habitación para descansar.

Desperté por demasiado ruido en la sala y me quejé, me levanté con pereza y salí a ver qué ocasionaba tal ruido.

–¿Qué hacen?– miré a Melissa y tenía las mangas de su camiseta recogidas, estaba sudada y la tela estaba pegada a su cuerpo, dejando notar su abdomen.

–No es de tu incumbencia, no aún– respondió sin mirarme y salió del departamento. Justo cuando ella salió entró Katie con una caja entre sus manos.

–¿Qué es eso?– dije apuntándola y sonrió.

–Creo que escuché a Melissa decirte que no es de tu incumbencia– suspiré.

–Si me dices te hago una mamada– rió.

–Cariño...– dejó la caja en el suelo y caminó hacia mí, tomando mi mentón –De rodillas– negué.

–No hasta que me dig...– se abrió el pantalón y bajó el bóxer, se acarició un poco e inevitablemente me arrodillé frente a ella.

–Buena chica– tomé su miembro para comenzar a masturbarla y relamí mis labios para humectarlos, después los llevé a la cabeza y la introduje hasta el fondo.

One shots -PEDIDOS-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora